“La ociosidad es el taller
del diablo”
La
salud del cuerpo se ha convertido en una obsesión occidental. Cientos de
recursos se ponen hoy a la mano de las personas para que lleven a cabo una
“vida saludable” y en armonía con la naturaleza.
Una
vida que dure cien años, o más. ¿Para qué? Para viajar, hacer relaciones,
conocer culturas exóticas, tener amigos, buscar lo mejor de lo mejor…
Poco
se habla, sin embargo, de la salud del alma, misma que sostiene la salud
del cuerpo. Un alma carcomida no puede ser sustento de un cuerpo usado para el
bien, desgastado para el bien.
Sobre
este particular, considerando el cuerpo como un regalo de Dios y templo del
Espíritu Santo, Fray Ed Broom ha hecho un decálogo importante para estos
tiempos en los que comienzan las vacaciones.
Evitar el daño
Los
padres ofrecen a sus hijos una serie de consejos para no hacerse daño
físicamente. Y mientras más pequeños, más atentos están para que no se lesionen
o se causen algún mal. Pero, ¿hacen lo mismo en el plano sobrenatural?
Uno
de los pecados, el de omisión, es justamente esto: ignorar el alma inmortal
y no estar alerta a las situaciones de pecado.
Evitar
la ocasión cerca del pecado es una cualidad indispensable en nuestra búsqueda
de la santidad y la adquisición de la corona de gloria que llamamos vida
eterna.
Evitar la calumnia y las
habladurías
Seremos
juzgados en la misma medida que juzgamos. Jesús dice que de la abundancia del
corazón habla nuestra boca.
Si
el hábito formado es estar con chismosos, hay que cambiar, hay que evitar
frecuentarlos. Los pecados de la lengua ensombrecen nuestra vida e impiden la
virtud.
Usar la vestimenta
adecuada
Que
nunca seamos ocasión de pecado para otros. Somos embajadores de Cristo, desde
el Bautismo estamos investidos por la Gracia.
Debemos
vestir en consecuencia. Cuando decimos vestir adecuadamente, no nos referimos
sólo en la Iglesia, como si fuera el único lugar en el que deben vestir con
decoro y modestia, sino en todo tiempo y lugar. Nunca olvidemos: somos
cristianos 24/7.
Evitar las malas compañías
San
Pablo dice que las malas compañías corrompen la moral. El proverbio expresa
sucintamente esta verdad: “Dime con quién andas y te diré quién eres”.
No
tenemos que ser científicos para saber que tenemos la tendencia a imitar a
nuestros amigos y nuestros asociados.
Reza
por la gracia de encontrar un amigo o dos que sean nobles, puros, honestos; que
trabajen duramente su cristianismo.
La
sabiduría del Antiguo Testamento nos enseña que quien encuentra un verdadero
amigo, encuentra un tesoro.
Cuidar la mirada
Otro
proverbio es a propósito de este concepto: “La curiosidad mató al gato”.
Peor
aún, los ojos errantes de rey David resultaron en adulterio con Betsabé, y,
finalmente, incluso mataron a su marido, el valiente y honesto soldado Urías,
el hitita. El santo Job afirma: “He hecho un pacto con mis ojos: no mirar a una
mujer”. Por último, Jesús exclama: “Bienaventurados los puros de corazón; ellos
verán a Dios”.
En
un mundo con abundancia de imágenes impuras, hoy más que nunca necesitamos
practicar la estricta custodia de los sentidos, ¡especialmente nuestros
ojos!
Evitar la
impulsividad
Otra
actitud o disposición que hay que evitar es ser impulsivos en todos los
sentidos, pero especialmente en el habla. Un buen proverbio: “Pensar antes de
hablar”.
A
un nivel más espiritual, Santiago nos exhorta: “Debemos ser lentos para hablar
y listos para escuchar”. Santo Tomás de Aquino ofrece esta importante idea:
Dios nos ha dado dos oídos y una boca para escuchar el doble de lo que
hablamos.
Atender el uso de medios
electrónicos
Es
una urgencia actual, prestar atención a lo que hacemos con los medios
electrónicos. Como lo dijo Fulton J. Sheen, podemos beber, fácilmente, y
absorber con los ojos la basura moral que se nos ofrece como sucedáneo de
diversión.
Podemos
tomar años y años para borrar de nuestra mente imágenes horribles que hemos
visto en algún medio. ¿Para qué forzar las cosas hasta ese nivel?
Nuestra
mente es un inmenso archivo que almacena todas las experiencias, todo lo que
hemos hecho, así como todo lo que hemos visto. Por lo tanto, hay que ser muy
estrictos con nosotros mismos y con nuestros hijos en lo que traemos en
nuestras mentes y corazones a través de lo que vemos.
Evitar el síndrome
sofá-patata
“La
ociosidad es el taller del diablo”. En otras palabras, si tú no tienes nada que
ver, entonces el diablo te dará un montón de cosas que hacer.
San
Juan Bosco tenía un miedo mortal al tiempo de vacaciones para los
jóvenes-adolescentes.
El
trabajo es bueno para todos nosotros. El trabajo perfecciona nuestra
naturaleza; nos ayuda a cultivar nuestros talentos.
El
trabajo sirve como un medio de ayudar a los demás. El trabajo era lo que Dios
mandó a Adán después del pecado original: “Ganarás el pan con el sudor de tu
frente”.
Evitar la pereza mental
Si
algo no se utiliza, se pierde. Es una vieja conseja de los abuelos que sirve
para los jóvenes. Dios nos ha dotado a todos con una mente que Él desea que
cultivemos.
En
un jardín que no se cultiva bien, rápidamente crece la maleza. Una mente que no
se cultiva, permite el crecimiento de las malas hierbas mentales. Esta pereza
mental puede prevenirse o corregirse mediante el excelente hábito de
la buena lectura.
Nunca
hemos vivido en un mundo con tanta confusión. Sin embargo, nunca hemos vivido
en un mundo con tan buena literatura.
Depende
de nosotros encontrar buena literatura y formar el hábito de la lectura.
Algunos de nuestros mejores amigos pueden ser buenos libros.
Evitar el exceso de
alimento
La
gula es uno de los siete pecados capitales. Definición de la gula: deseo
desordenado de comer y beber. Muchos problemas de salud son el resultado
de malos hábitos alimenticios.
También
gula, la lujuria y la pereza a menudo trabajan juntos como un equipo que nos
lleva al pecado real.
¿Quieres
un remedio? ¡Aquí está! Orar por un hambre auténtica de Jesús, el Pan de
Vida. En el Padrenuestro oramos: “danos hoy nuestro pan de cada día”.
Esto
se puede interpretar de una manera sacramental, como el hábito de ir a
Misa todos los días y recibir a Jesús en la Santa Comunión, el verdadero
pan de vida. Él nos ayudará a subordinar los deseos del cuerpo a la orden de la
voluntad.
Visitar continuamente a
María
María
es la vía más corta para llegar a Jesús, la más rápida de todas las vías: es,
en verdad, un atajo para llegar a su Hijo. Para estar unidos a Él. Nuestra
Señora sirve como un puente para la unión con Jesús.
Dice
san Maximiliano Kolbe: “Ponte en manos de María; ella sabrá proveer a las
necesidades del cuerpo y del alma. Por lo tanto, está en paz, en paz completa,
con una confianza ilimitada en su intercesión”.
Jaime
Septién
Fuente:
Aleteia