Quizás no supieran hablar
en público y no fueran abiertos ni muy sociales, pero dejaron una huella
duradera
Todos
sabemos que vivimos en un mundo hecho por personas extrovertidas. Como persona
que al crecer ha pasado la mayor parte de las noches escuchando música solo en
el cuarto mientras pintaba no me resulta un problema. Si ser introvertido
significa que estoy condenado a largas tardes de perfecta satisfacción con una
taza de café y una novela en la mano acostado en el patio trasero de la casa
sin tener que charlar, supongo que tendré que sufrir las consecuencias de la
personalidad que Dios me ha dado. Me imagino a todos los extrovertidos ahí
fuera riendo con los nuevos conocidos en el bar, que hacen chócalas mientras
hacen deporte y hablan por teléfono en el súper…. y me estremezco.
No
estoy contra los extrovertidos, y tengo algún amigo que es así. Existe un
motivo por el cual los extrovertidos gobiernan más o menos el mundo como los
muchachitos populares en la escuela que luego terminan ocupando todos los
puestos directivos más importantes gracias a la fuerza de su personalidad. Es
porque son realmente atractivos.
A
veces, sin embargo, parece que monopolizan toda la gloria, y existe un
malentendido generalizado sobre los introvertidos, considerados tímidos o
antisociales. Los introvertidos son caricaturizados como el bibliotecario que
no tiene energía para mantenerse al día con el mundo que va de prisa y se ha
retirado completamente. Para un introvertido puede ser realmente difícil ser
una estrella de rock, un político o un personaje de televisión.
Eso
no quiere decir, sin embargo, que los introvertidos no puedan cambiar el mundo.
Significa que su influencia no es inmediatamente aparente, porque se relacionan
con las personas de manera más íntima y tranquila. Existe más de una
manera de cambiar el mundo, y estos santos introvertidos famosos son un ejemplo
de cómo cualquiera puede dejar una huella positiva duradera.
Padre Pío: Leer los
corazones
Desde
niño Pío fue tranquilo, y a menudo pasaba el tiempo sentado solo en la iglesia
local. Como sacerdote también hacía grandes silencios. Durante sus misas, caía
en un silencio reverencial durante largos periodos de tiempo, incluso horas.
Esto provocaba muchas quejas, y Pío decía que le habría gustado hacer las cosas
como una persona normal pero no lo lograba. Era, sin embargo, capaz de
transformar su debilidad como orador público y guía de la adoración en fuerza
cultivando su vida espiritual interior, pasando horas en meditación silenciosa,
a menudo a costa de no comer y no dormir.
Los
tiempos de silencio le permitían reflexionar profundamente sobre la naturaleza
humana y lo ayudaron a desarrollar su capacidad de leer el corazón humano. La
gente venía de todo el mundo para hablar con él en privado, y él la sorprendía
con su conocimiento íntimo y la sensibilidad con que entendía su alma.
En
1971 el papa Pablo VI dijo del Padre Pío: “¡Miren que fama tuvo, qué clientela
mundial reunió alrededor suyo! Pero ¿por qué? ¿Quizá porque es un filósofo?
¿Porque era un sabio? ¿Porque tenía los medios a disposición? Porque decía la
misa humildemente, confesaba desde la mañana hasta la noche, y era, suena
fácil, un representante impreso de los estigmas de Nuestro Señor. Era un hombre
de oración y sufrimiento”. La oración puede parecer una actividad solitaria,
pero es realmente capaz de estrechar una enorme cantidad de vínculos humanos, y
el efecto en cadena de una persona que reza puede difundirse en todo el mundo.
Bernadette Soubirous:
Valor
Bernadette
Soubirous era una muchacha de salud inestable. Creció en una familia pobre en
Francia, y se ocupó tranquilamente de sus deberes y cuidó a los hermanos más
chicos visto que no podía ir a la escuela a falta de dinero. Mientras recogía
madera para la familia se le apareció por primera vez la Virgen María.
Cuando
volvió a casa no quería hablar, no quería llamar la atención para evitar hablar
del tema. Al final se lo dijo a sus papás, que no le creyeron para nada. Luego
volvió al mismo lugar cerca de una gruta, y María se le apareció por segunda
vez. Al final la noticia se esparció por el pueblo, y sus compatriotas la
mandaron interrogar por la policía. La gente pensaba que estaba mintiendo. Fue
interrogada por adultos severos y fue puesta en discusión por una multitud de
personas que dudaban, pero a pesar de todo siguió contando valientemente lo que
había visto, aunque estaba creando confusión y la estaba poniendo en el centro
de la atención. No dio nunca marcha atrás y no modificó nunca su historia, y al
final miles de peregrinos comenzaron a tomar en serio las apariciones y se
dirigieron a la gruta para rezar. La devoción que Bernadette comenzó es a
Nuestra Señora de Lourdes, honrada todavía hoy con un santuario muy frecuentado
en el que a menudo se llevan a cabo curaciones y milagros.
Bernadette,
de cualquier modo, no buscaba la gloria. Se refugió en la soledad de un
monasterio y vivió feliz el resto de su vida lejos de los reflectores.
Esta
joven muestra cómo una sola persona que tiene valor y está dispuesta a
permanecer firme a pesar de las presiones es capaz de cambiar la mentalidad de
toda una comunidad. Incluso una niña introvertida, sin educación y pobre como
ella fue capaz de hacer grandes cosas.
Juliana de Norwich:
Concentración
Juliana
vivía en Norwich y su trabajo oficial era el de anacoreta, es decir una mujer
que vive entre los muros de la iglesia sin nunca salir. En el siglo XIV era una
vocación extraña pero no del todo desconocida. Las anacoretas vivían en
pequeñas habitaciones, a veces con una única pequeña ventana a través de la
cual podían asistir a la misa y recibían las comidas. Juliana no hizo voto de
silencio, pero algo en su elección de estilo de vida indica que no debía de
seruna platicadora.
Juliana
es particularmente famosa porque, aunque nunca dejó su habitación y
probablemente tuvo solo pocas personas que la conocieron realmente durante su
vida, es la primera mujer conocida por haber escrito un libro en inglés. Logró
hacerlo porque estaba concentrara en comprender lo que debía hacer en base a
una serie de visiones que tuvo cuando estuvo enferma. Su concentración derivaba
de su capacidad de pasar el tiempo en silencio pensando y ponderando sus
pensamientos. Juliana es la prueba que incluso una persona sin influencia
en el mundo externo puede crear algo espléndido que toca el corazón de las
personas donde quiera que se encuentren durante cientos de años.
MICHAEL RENNIER
Fuente:
Aleteia