Recientemente
se reabrió la causa de beatificación de la religiosa de clausura Sor María de
Agreda que residió durante toda su vida en
España, y de quien existe una fuerte evidencia de que se habría bilocado en
Estados Unidos
![]() |
La Venerable María de Agreda |
La
evidencia está recogida en los relatos de los indios de la tribu Jumano, que
residían en el estado de Texas. Estos narraron que en la década de 1620, se les
apareció en varias ocasiones una dama joven vestida de blanco con una capa azul
que les hablaba en su lengua materna y los evangelizaba.
En
declaraciones a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– el Obispo de San Angelo,
en Texas, Mons. Michael Sis, indicó que en esos momentos “ella habría tenido
experiencias místicas donde venía al Nuevo Mundo, visitaba a estas personas
(los indígenas) y los evangelizaba, compartiendo la fe con ellos”.
“Cuando
ella venía, los animaba a que fueran a las misiones donde estaban los
sacerdotes franciscanos y pidieran ser bautizados”, agregó el Prelado.
Según
los registros de los misioneros de la zona, Sor María logró que se bautizaran
cerca de 2000 jumanos.
Esta
religiosa nunca viajó a América, pero desde su claustro contaba que en sus
momentos de éxtasis veía nuevas clases de plantas y animales, así como la
vestimenta de las personas. Incluso hablaba sobre un lugar donde dos ríos se
encontraban, que coincide con la geografía de la ciudad de San Ángelo en Texas,
donde confluyen las afluentes sur y central del río Concho.
Mons.
Sis comentó que un “fascinante detalle que muestra la concreta conexión entre
este lugar y sus descripciones del pueblo” es que la religiosa narró una vez
que se encontró con un líder indígena que tenía un solo ojo y que los
misioneros franciscanos manifestaron que también lo conocieron.
En
1630 el P. Alonso Benavides, uno de estos misioneros, visitó a su superior en
España y le contó la historia de la “Dama Azul”. Este lo envió al convento de
Agreda para que conozca a Sor María y allí el sacerdote pudo contrastar la
versión de los indígenas con la de la religiosa española.
“Ella
fue allí por primera vez en el año 1620. Desde entonces ha continuado con sus
visitas… Ella me dio todos los signos y (declaró) que estuvo con ellos”,
escribió el misionero franciscano en sus memorias.
En
sus propios escritos, Sor
María indicó que visitó a los indígenas unas 500 veces. Las bilocaciones
cesaron luego de que los jumanos recibieron los sacramentos.
En
el año 1765, el Papa Clemente X la declaró Venerable y hace poco se reabrió su
causa de beatificación. El Vice postulador, P. Stefano M. Cecchin, viajó
durante una semana a Texas para estudiar la devoción de los fieles.
En
declaraciones al periódico San Angelo Standard Times, afirmó que “hay muchas
pruebas de que la ‘Dama de Azul’ apareció a la tribu de los Jumanos”.
Sin
embargo, el Obispo de San Angelo manifestó que “la cuestión de si ella es
beatificada o canonizado no se basa realmente en la experiencia de estas
apariciones. Lo importante es la virtud en su vida y sus escritos”.
Uno
de los textos más famosos de la Venerable Sor María de Agreda es “La Mística
Ciudad de Dios: Vida de la Virgen Madre de Dios”, donde describe aspectos sobre
María que le fueron revelados en oración.
La
religiosa lo redactó dos veces, ya que ella quemó el primero luego de que un
sacerdote le dijera que no estaba bien que las mujeres escribieran sobre
teología. La segunda versión fue publicada cinco años después de su muerte, que
ocurrió en 1665.
Esta
religiosa mantenía una correspondencia con el rey Felipe IV, a quien le
aconsejaba sobre asuntos de Estado. Además, fue nombrada abadesa a los 25 años.
Mons.
Sis aseguró que la vida de Sor María de Agreda “es una hermosa experiencia
histórica de evangelización y muestra la rica historia de la Iglesia Católica en
esta parte del mundo. Además es un gran testamento de fe”.
La
llamada “Dama Azul” nació el 2 de abril de 1602 en la ciudad española de
Ágreda. Cuando tenía 12 años sintió el llamado a la vida consagrada y su madre,
Catalina Arana, tuvo una visión en la que Dios le pedía que convirtiera su casa
en un convento y que ella y sus dos hijas vivieran allí como religiosas,
mientras que su esposo y los otros dos hijos debían ingresar a la orden de los
franciscanos.
La familia Coronel
Arana donó su casa para la nueva fundación de la Orden de la Inmaculada
Concepción. El 13 de enero de 1619, María, su madre y su hermana ingresaron
como religiosas. Estas monjas contemplativas, conocidas ahora como las
concepcionistas, llevan un hábito blanco y una capa azul.
Sor
María se destacó por sus prácticas de mortificación y oración. Mientras rezaba
solía caer en éxtasis, especialmente después de comulgar.
Traducido
y adaptado por María Ximena Rondón. Publicado originalmente en CNA.
Fuente:
ACI