Aunque el mundo lo calle la
Iglesia, y quienes la conformamos, somos víctimas de intolerancia
Con
perdón, sin ofender, todos hermanos, perdón… pero estoy un poco hartito de
la noticia de la supuesta agresión a dos homosexuales por parte de un grupito
neonazi. Una agresión tan horrible que consistió en que realizaron gestos
nazis, escupieron y llegaron a golpear a las víctimas de la agresión, aunque no
constan lesiones.
Bien,
pues por lo menos por tres días seguidos pasé escuchando repetidamente la
noticia en todos los informativos de la televisión y la he visto en todos
los medios de prensa. Cada día la vuelven a dar. Horror, terror y pavor. Falta
de respeto, falta de tolerancia, necesidad de respetar los derechos de todos.
Con
pocas horas de diferencia supimos que la capilla de la universidad
autónoma de Madrid sufrió otro ataque, con desperfectos, pintadas y
lanzamiento de artefactos incendiarios. Repito los calificativos: horror,
terror y pavor. Falta de respeto, falta de tolerancia, necesidad de
respetar los derechos de todos.
¿Derechos
de todos? No se lo crean. Mientras por todas partes se condena esa
agresión a una pareja gay en la plaza Pedro Zerolo, nadie ha dicho una palabra
de condena ante el nuevo asalto a la capilla de la universidad autónoma de
Madrid. Sí, hay algunas condenas personales, pero uno echa en falta que los
partidos y las agrupaciones políticas lo condenen expresamente. Nada. Es una
capilla católica. Los mismos grupos de gays y lesbianas y todo lo demás lo
podían haber condenado en aras de un proclamar la libertad para todos. Je.
Imaginen,
porque imaginar todavía es libre, que en la universidad tuviera un local alguna
asociación del arco iris. Imaginen una pintada en contra y no digamos un
artefacto incendiario en su interior. Imaginen, ya digo que de momento es
gratis, que la banderita sufre un ligero daño. Qué digo dar la noticia, allí
estarían todos los medios realizando programas especiales en directo, y
veríamos a todos nuestros políticos rasgándose las vestiduras. Sí, los mismos
que llevan un mes felicitando el ramadán a nuestros hermanos musulmanes. Los
mismos que jamás han felicitado a los católicos por Navidad o Pascua.
Hoy,
digan lo que digan los musulmanes, los arco iris y sus adláteres, si hay un
colectivo marginado, ridiculizado, agredido y despreciado, es el católico. La
capilla de la autónoma ardiendo. Una religiosa en Granada agredida por el hecho
de ser monja. A mi compañero lo han apedreado alguna vez. A mí me han insultado
varias. No es difícil hacer un calendario y un itinerario con ataques a la
libertad religiosa. No pasa nada.
Estamos
solos. Los grandes partidos o atacan abiertamente o callan y sonríen.
Nadie da la cara por nosotros. La Iglesia, con la cosa de la tolerancia,
tampoco. Notitas simplonas y rezar. Sacudir a un católico es gratis.
Por:
P. Jorge González Guadalix