Según
el secretario de Estado vaticano, el diálogo católico – luterano puede
convertirse en un antídoto a la imperante cultura del individualismo
La visita del papa Francisco a Suecia
representa un momento histórico, en la medida en la que, los centenarios
precedentes de la Reforma luterana, “fueron siempre conmemorados de forma
polémica, en un espíritu de debate y quizá se puede hablar también de
hostilidad”, mientras que esta vez “se puede hablar realmente de un hito en el
camino de reconciliación y de búsqueda común de la unidad entre las Iglesias y
las comunidades eclesiales”.
Así lo ha indicado en una entrevista a
Radio Vaticana, el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, subrayando de
forma particular la coincidencia del inminente viaje pontificio con los 50 años
del diálogo católico-luterano, iniciado “a partir del Concilio Vaticano II”.
Uno de los puntos más importantes de este
diálogo, recuerda Parolin, ha sido “la firma, en 1999, de la Declaración común
sobre la Doctrina de la Justificación, uno de los puntos que había estado en el
origen y que se había convertido precisamente en el centro de la polémica”.
Por lo tanto, añade Parolin, “hay que
agradecer al Señor por haber llegado a este momento que es el fruto del camino
que se está llevando adelante desde hace tiempo y pedirle que nos ayude,
también a través de este momento de conmemoración común, a proseguir en el
camino del diálogo y de la búsqueda de la unidad de la Iglesia”.
Uno de los momentos importantes de la
visita pastoral, subraya Parolin, será la firma de una acuerdo entre la sección
del servicio para el mundo de la Federación luterana mundial y Caritas
Internationalis: un signo de cómo la reconciliación que católicos y luteranos
están persiguiendo, “debe traducirse en un encuentro” y “en una actitud
de amor compasivo en lo relacionado con muchas personas que sufren por
diferentes causas en el mundo”. Son en particular “los jóvenes” los que están
“llamados en primera personas a asumir este desafío”, añadió.
Identificando “la solidaridad en lo
relacionado con los últimos y la defensa y la tutela de la casa común”, como
dos de los objetivos que reúnen a las dos iglesias, el cardenal subraya que el
diálogo ecuménico, a través de la “superación del plegarse en sí mismo que
después está en el origen de tantos conflictos” lleva a estar “unidos en la
esperanza”.
Por lo tanto, “católicos y luteranos
están llamados a testimoniar juntos, en nombre de la fe común en Jesús
Salvador, toda la belleza, todo el esplendor y toda la alegría de la fe,
que tienen y que testimonian”.
Señalando que la “elección ecuménica es una elección
irreversible” y, a pesar de las dificultades, debe “ir adelante con valentía”,
el secretario de Estado observa cuánto la pequeña comunidad católica sueca “se
está enriqueciendo de muchos componentes” y “pueden trabajar juntos con la
comunidad luterana precisamente para el testimonio cristiano”.
Fuente:
Zenit