Los representantes de la comunidad hebrea, cristiana y musulmana
firmaron una delcaración conjunta: «Que Dios proteja a nuestra nación y a la
humanidad entera»
«El terror y la violencia, provengan de donde
provengan, nunca pueden ser defendidos ni considerados legítimos. Matar a una
persona es como matar a toda la humanidad, y no es aceptado por los creyentes».
Son las palabras de la declaración conjunta que firmaron hoy 15 de julio
diferentes líderes religiosos de Turquía: el Director de los Asuntos Religiosos
(Diyanet) Mehmet Görmezil, el Patriarca Ecuménico de Constantinopola
Bartolomeo, el jefe de los rabinos turcos Rav Izak Haleva, el Patriarca de los
armenios Aram Ateşyan, el líder de la Comunidad asirio-católica Yusuf Çetin y
el Patriarca asirio-católico Yusuf Sağ.
Además, afirman los líderes religiosos turcos,
«haremos todo lo posible para prevenir el terror y la violencia y para que
prevalezcan el amor y la justicia en nuestro país y en el mundo entero. Que
Dios proteja a nuestra nación y a la humanidad entera».
En Turquía el día de hoy comenzó con una calma
tensa. Todos saben que Erdogan retomó las riendas de la situación, pero hay que
ver cómo evolucionará y cuáles serán las consecuencias del golpe fallido. Sin
embargo, aumenta el malestar, incluso debido a las consecuencias de las guerras
que sacuden al Medio Oriente, y se trata de un incendio que podría propagarse.
Es lo que afirmó desde Iskenderun a los micrófonos de la Radio Vaticana el
vicario apostólico de Anatolia, monseñor Paolo Bizzeti. El religioso subraya también
que la confrontación se está volviendo cada vez más áspera entre los que
quieren un laicismo más decidido, como los militares, y los que presionan para
una mayor islamización de la sociedad turca. El último balance después del
fallido golpe de Estado de ayer es de 190 muertos y 2.893 militares
arrestados.
«Aunque la gran mayoría de las personas es
seguramente pacífica y vive tranquilamente –añadió el vicario apostólico–, no
se puede negar que (en estos últimos tiempos) se ha practicado una política del
odio, del enfrentamiento, y esto, evidentemente, en cierto momento lleva a una
explosión mayor. Creo que, sinceramente, lo único inteligente que hay que hacer
es no exasperar los tonos, para poder volver a encontrar la mínima calma
necesaria con el objetivo de comprender las razones de la insurgencia: una
insurrección, cuyas dimensiones no se conocen todavía, indica seguramente un
malestar». Y «el arma del diálogo», concluyó, «es la única que puede garantizar
una convivencia civil. Entonces, por parte de la Iglesia, creo que será unánime
el testimonio de que, justamente, hay que bajar el tono y que hay que tratar de
comprender cuáles son las causas de este malestar».
«Esta noche, durante toda la noche –dijo a la
agencia vaticana Fides el padre Paolo Pugliese, fraile capuchino que desempeña
su servicio pastoral en la parroquia católica de Antakya– desde los altavoces
de las mezquitas, además de las oraciones, los imanes invitaban a todos a salir
a las calles para manifestar su apoyo al gobierno y al Presidente Recep Tayyip
Erdogan».
El testimonio que proviene de la ciudad, capital de la provincia de
Hatay (en la frontera con Siria), confirma que también en los centros urbanos
menores de Turquía hubo manifestaciones en contra del golpe de Estado que trataron
de llevar a cabo algunos sectores de las fuerzas armadas turcas ayer por la
noche. También en Antakya una parte considerable de la población salió a las
calles del centro gritando consignas y tocando los clacsons, pero no hubo
disparos.
Fuentes del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla
también refirieron a la agencia Fides que en las horas en las que se estaba
llevando a cabo el fallido golpe de Estado, el Patriarca Ecuménico de
Constantinopla, Bartolomeo (que se encuentra en el extranjero para pasar un
periodo de reposo) envió un mensaje a las personas (eclesiásticos y laicos) que
están actualmente en la sede patriarcal a orillas del Cuerno de Oro, en
Estambul, ofreciendo disposiciones de precaución sobre cómo comportarse y cómo
afrontar la situación.
pablo lombó
Fuente: Vatican Insider