Sabemos que solamente considerando a
nuestros semejantes como hermanos y hermanas superaremos las guerras y la
conflictividad
La “guerra mundial en pedazos” que se vive en la actualidad y la violencia
diseminada en el mundo fueron los temas escogidos por el Papa Francisco para
reflexionar en una carta enviada a los participantes de un congreso organizado
por el Pontificio Consejo Justicia y Paz.
“Para buscar vías de solución a la singular y terrible ‘guerra mundial
en pedazos’ que en nuestros días gran parte de la humanidad está viviendo
de una manera directa o indirecta es necesario volver a descubrir las razones
que llevaron en el siglo pasado, a los hijos de una civilización en gran parte
todavía cristiana, a dar vida
al Movimiento Pax Christi y al Pontificio Consejo Justicia y Paz”, expresó.
Es decir, “trabajar por una verdadera paz a través del encuentro
entre personas concretas y por la reconciliación entre pueblos y grupos que se
enfrentan desde posturas ideológicas contrapuestas y comprometerse a realizar
esa justicia a la que las personas, las familias, los pueblos y las naciones
sienten que tienen derecho, en ámbito social, político y económico para cumplir
con su tarea en el mundo”.
A este respecto, pide “renovar todas las herramientas más adecuadas para
concretar la aspiración a la justicia y la paz de los hombres y mujeres
de hoy. Así, también la reflexión para relanzar el camino de la no violencia, y
sobre todo el de la no violencia activa, constituye una aportación necesaria y
positiva”.
A cerca de la enseñanza de la Iglesia respecto a la
violencia, escribe que “todos sabemos que la única condena expresada por el Concilio Vaticano II fue
la de la guerra, incluso sabiendo que, no habiendo sido desarraigada de la
humanidad, una vez agotados todos los recursos pacíficos de la
diplomacia, no se podrá negar el derecho de legítima defensa a los gobiernos”.
Francisco deja claro que “no puede ser ignorado o disimulado” por lo que
debe “ser asumido para no quedarnos atrapados en él, perdiendo la perspectiva
general y el sentido de la unidad profunda de la realidad”.
“De hecho, sólo aceptando el conflicto, éste se puede resolver y
convertirse en eslabón de ese nuevo proceso que los artífices de la paz”,
continúa en el texto.
La actitud del cristiano
El Pontífice habla también de la actitud que debe tener el cristiano frente
a la violencia. “Sabemos que solamente considerando a nuestros semejantes como
hermanos y hermanas superaremos las guerras y la conflictividad”.
“La Iglesia no se cansa de repetir que esto es cierto no sólo a nivel
individual, sino también a nivel de los pueblos y naciones, por lo que
considera a la Comunidad internacional como la ‘Familia de las naciones’”.
Uno de los principales desafíos es por tanto remover “el muro de la
indiferencia” puesto que, además “la crónica de los últimos tiempos nos
demuestra que si hablo de muro no es sólo para usar un lenguaje figurado, sino
porque esta es la triste realidad”.
“Una realidad, la de la indiferencia, que abarca no sólo a los seres
humanos sino también al ambiente con consecuencias a menudo nefastas en
términos de seguridad y de paz social”.
Francisco cree que si uno es capaz “de mostrar misericordia” se podrá
superar esta indiferencia. “Esa misericordia que encuentra en la solidaridad,
por así decirlo, su expresión ‘política’ ya que la solidaridad constituye la actitud
moral y social que
mejor responde a la responsabilidad sobre las plagas de nuestro tiempo y a
la interdependencia entre la vida del individuo y de la comunidad familiar,
local y global”.
El Papa también aconseja dialogar y crear puentes para “luchar contra el
miedo” e invita a los participantes en la conferencia a apoyar la abolición
de la pena de muerte.
El congreso se celebró en el Vaticano con el título: “No violencia y paz
justa. Contribuir a la comprensión católica y al compromiso por la no
violencia”.
Fuente: ACI Prensa