“¡En la cama de papá y mamá no se
mete nadie!", sentencia Rosa Pich. Ni la suegra, ni la madre, ni el
sacerdote
Cuando el Papa hizo la referencia a los conejos, Rosa Pich-Aguilera Roca no
parpadeó. Para ella, lo importante es la paternidad responsable, y considera que
se han malinterpretado las palabras de Francisco, se siente totalmente en línea
con el Papa, y se ve así misma como una madre responsable.
¡En la cama
de papá y mamá no se mete nadie!, sentencia. Ni la suegra, ni la madre, ni el
sacerdote. Decidir tener, o no tener más hijos, no incumbe a nadie más que a la
pareja, dice.
Es madre de 18 hijos, tres de ellos ya fallecidos. A los
24 años, y habiendo enterrado a dos hijos, su marido (Postigo) y ella
decidieron dar un “sí” a la vida que les ha conducido hasta hoy. Son la familia
con hijos escolarizados más grande de Europa.
Pich abre las puertas de
su casa a Aleteia, en la que ha habilitado un despacho (trabaja a medio tiempo
en una empresa de marketing) y desgrana el sentido de su vida. Para ella, su
marido es lo primero. Ahí va su historia, que ha dejado plasmado en el libro
“Cómo ser feliz con 1, 2, 3 hijos”, y que ya está en español, portugués, checo ,
eslovaco y lituano, está siendo traducido al chino, inglés y otros
idiomas.
-Obligada
pregunta. 18 hijos, trabajo, tiempo para los amigos… ¿Todo esto cómo se
hace?
Haciéndolo. El problema de la sociedad es que nos educan para
ser buenos profesionales pero no nos enseñan a cómo vivir la familia. Hay
matrimonios jóvenes que con el primer hijo ya tienen discusiones de quién se
levanta, no duermen, mal ambiente… y yo me he dado cuenta que se puede explicar
cómo ser feliz con un hijo, o con muchos.
Y es lo que he querido dejar
por escrito y yendo a dónde nos llamen a hablar de esto. Ahora iremos a Croacia,
y volvemos de Lituania. Quiero comunicar que tener varios hijos y pasarlo bomba
es posible, es disfrutar del día a día, cambiar el chip. Lo mío no es un “blab
la bla” sino una metodología basada en hechos reales. Es posible. Yo lo vivo. Y
además, feliz.
-Sí, de hecho no le pregunto si es feliz, ya se
ve.
Es que ser feliz en familia es algo estupendo.
-No
todo es fácil. Han fallecido 3 hijos.
La vida no es fácil para
nadie, nosotros hemos sido felices con nuestras desgracias, pero lo que
queremos es inculcar que se puede tirar adelante. Nuestros hijos se quieren
casar y tener familias numerosas. Les damos armas para que cuando lleguen
dificultades puedan tirar adelante.
Y ponemos límites, pero no esperamos
a decirles “no” cuando son adolescentes, sino desde el primer momento, año por
año. Y ¿sabe qué? El niño lo agradece y los amigos quieren ser sus amigos
porque ven que son generosos, serviciales…
Y sí, hemos sufrido. Pero el
sufrimiento te humaniza, te pone en situación de escuchar y estar en la piel del
otro. Tenemos que llorar con nuestros amigos y sus problemas. La gente es fría,
y no podemos educar a nuestros hijos fríamente ni que sean
así.
-¿Hay tiempo para rezar?
Dios nos ha dado
inteligencia para pensar, por las mañanas pensamos y los que rezan se organizan
de otra manera. Yo pienso enseguida: ¿Cómo puedo ayudar a mi marido? Y luego a
los hijos, familia, amigos…Tenemos que pararnos a pensar en las personas. No se
trata de estar en mil ONGs y luego descuidar a los
nuestros.
-Imagino que los embarazos le sientan de
maravilla.
Pues no… me paso del primer día al último devolviendo.
Pero cuando estoy mal, vomitando, pienso: ¿Qué son 9 meses mal, ante toda la
eternidad? Porque un hijo es para siempre, siempre.
-Dice que
prioriza a su marido ante todo. ¿Sí?
Claro. Los hijos, tan queridos
y deseados, se irán. Llevamos 25 años casados y ahora nos hemos apuntado a un
curso matrimonial de orientación familiar. Comprenderá que la situación de
cuando éramos novios no tiene nada que ver con ahora.
La gente, al saber que nos apuntamos a este curso, preguntan, pero Rosa, ¿tu
matrimonio no va bien? Y yo respondo: Podría ir mejor. Porque siempre podemos
mejorar. Este curso hay psicólogos, sexólogos… que hablan de temas de la
comunicación, de la vida sexual, de qué pasa cuando los hijos se van –porque se
van-…
No entiendo porque nos tenemos que preparar siempre profesionalmente con cursos y posgrados y de todo y en cambio, con lo más importante de nuestra vida, que es nuestra pareja, no nos formamos de manera continua. ¡Pero si es nuestro mayor tesoro!
-Después de tantos años, ¿se mantiene la llama en el matrimonio?
Hay un cómico que dice que al cabo de unos años de matrimonio, el amor se va… ¡pero la pareja se queda! Más allá de la anécdota, esto de que el amor se ha ido… no. Al amor le echamos leña cada día, tenemos que aprender a envejecer juntos y buscar aficiones que nos unan.
-O sea que yo ahora me marcho y usted le manda un whatsapp a su marido con una frase cariñosa?
La relación se tiene que cuidar, siempre. Los detalles. Estar pendiente del otro. Esto lo inculcamos siempre a nuestros hijos. Y la vida es de los que luchan y no se dejan vencer, aunque en la sociedad no nos lo ponen fácil. ¡Pero ahí estamos!
Fuente: Aleteia
No entiendo porque nos tenemos que preparar siempre profesionalmente con cursos y posgrados y de todo y en cambio, con lo más importante de nuestra vida, que es nuestra pareja, no nos formamos de manera continua. ¡Pero si es nuestro mayor tesoro!
-Después de tantos años, ¿se mantiene la llama en el matrimonio?
Hay un cómico que dice que al cabo de unos años de matrimonio, el amor se va… ¡pero la pareja se queda! Más allá de la anécdota, esto de que el amor se ha ido… no. Al amor le echamos leña cada día, tenemos que aprender a envejecer juntos y buscar aficiones que nos unan.
-O sea que yo ahora me marcho y usted le manda un whatsapp a su marido con una frase cariñosa?
La relación se tiene que cuidar, siempre. Los detalles. Estar pendiente del otro. Esto lo inculcamos siempre a nuestros hijos. Y la vida es de los que luchan y no se dejan vencer, aunque en la sociedad no nos lo ponen fácil. ¡Pero ahí estamos!
Fuente: Aleteia