José Luis Méndez, delegado de la Pastoral de la Salud en la diócesis de Madrid, explica por qué la unción de vivos es un sacramento para dar fuerzas a los vivos
Unción de Enfermos. Domino público |
José
Luis Méndez es el delegado de la Pastoral de la Diócesis de Madrid. ''Como todo
sacramento es una acción de Dios que se
hace presente en la vida de las personas en momentos concretos'' como
el perdón de los pecados y alimentarnos del pan de la Eucaristía. Otro momento
es la enfermedad, el sufrimiento y decaimiento. ''No hace falta estar enfermo para recibir la
unción de enfermos'', y añade que los mayores de 65 años
''podríamos recibirla todos los años en la pascua del enfermo que celebramos en España el sexto domingo de
Pascua''.
Un sacramento que se puede recibir antes de una operación
La
unción de enfermos, sin embargo, es un sacramento con el estigma del final de
la vida. Como dice el Papa, que ''después del sacerdote llega el enterrador'',
y no es así. Esta mentalidad no ayuda ''y
nos priva de un sacramento que, en algunos momentos, ayuda a llevar la
enfermedad'' y los años de la edad ''con más garbo''. Este
sacramento ''no nos va a devolver la memoria o la capacidad de correr, pero
nos ayudará a vivirlo de otra
manera''.
En una
catequesis sobre este sacramento, Francisco llamó a aplicarlo a partir de los 65 años. También a
personas que van a ser operadas.
La unción de enfermos y la extremaunción no es lo mismo
Los
efectos del sacramento perdona
los pecados y remite la pena temporal. ''Si te mueres y te
han dado la unción de los enfermos, te
saltas a pértiga el purgatorio'', asegura el padre Méndez.
Asegura
que, a través de la Pascua del Enfermo, en España se celebra una misa con la unción de los enfermos para
todos los enfermos y para todos los mayores. ''No hace
falta estar al borde de la muerte'', pues es la extremaunción.
Jesús
la instituyó y así da
fe el apóstol Santiago. ''¿Está enfermo alguno de
vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, que recen por él y lo unjan
con óleo en el nombre del Señor'' (San 5, 14).
Igual
que pedimos ''oye, reza por mí'' en momentos difíciles, podemos pedir la unción en momentos
Fuente: ECCLESIA