El comisario pontificio de Belorado confirma que están estudiando la mejor manera para desalojar a las exreligiosas y garantizar la libertad religiosa de las mayores
Mons. Mario Iceta. Dominio público |
Es la gran pregunta. Nosotros no teníamos información de que este camino se
había tomado hasta un mes antes de que tuviera lugar la declaración por parte
de las exreligiosas del abandono de la Iglesia católica. Hasta entonces, ni los
capellanes ni los que iban a confesarlas o a predicar los ejercicios
espirituales tenían la más mínima sospecha. Y eso que eran visitas diarias, por
ejemplo, para celebrar la Eucaristía. Tampoco el delegado para la Vida
Consagrada de Burgos ni el vicario para la
Vida Consagrada de Vitoria habían observado ningún signo que evidenciara lo que
se precipitó en apenas un mes.
¿Este caso ha suscitado algún tipo de
reflexión interna en cuando a la revisión de los procesos formativos o de
control de los religiosos?
Toda situación de crisis conlleva siempre una reflexión. ¿De qué modo se puede
mejorar la atención y el acompañamiento de los monasterios? ¿De qué modo la
madurez de las personas es adecuada? ¿Cuál es la atención diferenciada a unos y
otros monasterios, en virtud de las particulares situaciones de cada uno de ellos?
Son preguntas que hay que hacerse. El caso merece una reflexión sobre en qué
elementos podemos mejorar, mirar más qué indicios puede haber que enciendan
señales de prevención que requieren un cuidado más especial y específico.
Dijo usted que rezaba un rosario diario por
ellas. ¿Lo sigue haciendo a día de hoy tras la excomunión?
Lo sigo haciendo. Casi todos los días rezo un rosario por ellas y si no, por lo
menos, un misterio. Me parece que es una situación realmente lamentable y
penosa y espero que puedan salir de esta situación, aunque a día de hoy no hay
ningún signo de recapacitación.
¿Cuándo piensa iniciar acciones legales para
desalojar a las exreligiosas del monasterio? Usted comentó que sería prudente
esperar, por lo menos, hasta principios de julio.
En primer lugar, quisiera decir que allí sigue habiendo una comunidad
monástica, que son las cinco hermanas mayores, más otras tres que no residen
allí pero que canónicamente pertenecen al monasterio. La cuestión del tiempo
está en manos de los servicios jurídicos. Están estudiando cuál es la mejor
forma de actuar. Y cuando esa decisión esté madura y esté trazado el camino que
se debe seguir, se realizarán las actuaciones correspondientes. En este momento
no prima el calendario, sino ver cuál es el camino justo, legal y respetuoso
que se debe seguir.
¿De cuánto es el agujero económico y quién lo está pagando?
Tenemos una visión muy incompleta de la economía, porque la exabadesa no
transfiere ninguna información más allá de las facturas y, además, nos consta
que ha dado orden para que no se nos transfiera información. Por tanto, se nos
ha impedido la administración de los monasterios. Con esta información muy
fragmentaria, vemos que existen deudas importantes. Hay una
hipoteca de 700.000 euros que se está pagando con el alquiler de un caserío que
hay en Derio. Hay otra deuda viva de 70.000 euros y otra más de 32.000 euros.
Luego están los suministros habituales y las nóminas, que hay que ir pagando.
Todo ello se está sufragando con el dinero que han avanzado los otros
monasterios de la federación, porque el saldo de las cuentas a las que tenemos
acceso es insuficiente.
¿Qué está pasando con las hermanas mayores?
¿Están pudiendo recibir los sacramentos?
Quiero decir, en primer lugar, que ciertamente para nosotros la atención de las
hermanas mayores es una prioridad y una preocupación. Nos consta su atención
física, porque hay personas contratadas para ello. La verdad es que la
comunidad siempre ha tenido un cuidado exquisito con ellas. Pero usted ha
aludido a un elemento que es muy importante. Son religiosas contemplativas de
votos solemnes. Hay una religiosa que roza los 100 años, con 80 de vida
consagrada. Para ellas es esencial la atención espiritual en la Iglesia
católica a la que han dedicado toda su vida. Tenemos informaciones muy parcas
de que debe de haber algún sacerdote que parece que está celebrando alguna
Eucaristía. Pero son informaciones de terceras personas. No sabemos muy bien de
dónde ha salido, si realmente es un sacerdote o en qué situación está esta
persona respecto a la Iglesia católica. Le hemos pedido a la exabadesa que
comunicara el modo en que se está atendiendo a las hermanas mayores y también
le hemos pedido ir nosotros a atenderlas, porque la libertad religiosa y la
libertad de conciencia es un derecho humano fundamental que tiene que ser
tutelado y protegido. Esto también lo están estudiando los servicios jurídicos,
el modo de garantizar este derecho humano fundamental que está recogido en la
Constitución. Este derecho que tienen las religiosas no puede ser impedido por
unas personas que han dejado la Iglesia católica voluntariamente.
José
Calderero de Aldecoa
Fuente:
Alfa y Omega