En el Aula Nueva del Sínodo, el Santo Padre presidió la sesión de clausura del primer “Encuentro Internacional del Sentido”, organizado por Scholas Occurrentes en colaboración con CAF - Banco de Desarrollo de América Latina y El Caribe, que tuvo lugar del 21 al 23 de mayo en el Vaticano, y respondió a cuatro preguntas formuladas por los participantes en el evento.
Encuentro del Santo Padre con los participantes en el primer "Encuentro Internacional del Sentido", organizado por Scholas Occurrentes, 23 de mayo de 2024. (Vatican Media) |
Durante tres días, rectores de
importantes universidades de todo el mundo, personalidades del mundo de la
cultura, la política y la tecnología, jóvenes influyentes en sus comunidades y
artistas buscaron soluciones concretas a los retos de la "Universidad del
Sentido", cuya gestión ha sido confiada por el Pontífice a Scholas.
Respondiendo a la primera consulta, el Obispo de Roma evocó, en español,
como ya ha hecho en otras ocasiones durante su Pontificado, cuando su abuela lo
llevaba a su casa y pasaba el día con ellos hasta almorzar. “Ahí se hablaba
piamontés. Mi primera lengua fue el piamontés. Después aprendí el castellano”,
dijo.
Luego, al hablar sobre lo que debería hacer una
persona que ha sufrido tanto, el Pontífice invitó a dejar el corazón siempre
abierto y alertó: “Lo peor que puede suceder en la vida es que el dolor te
cierre, es un poco el gesto de los dientes, el dolor te hace arisco”. En esta
línea, Francisco incentivó a “dejar lugar a la caricia, el dolor pide ser
acariciado. El dolor pide eso. Dejar lugar a la esperanza”.
Más adelante, cuando abordaron el
rol del arte en la construcción del sentido, Bergoglio enfatizó que “el arte
abre horizontes” y ejemplificó el aporte de otras disciplinas: “La matemática
te ayuda a los conceptos firmes, te ayuda a progresar, la filosofía te va
abriendo diversas formas de pensamiento”. “El arte te tira adelante, te libera
y te ensancha el corazón”, aseguró, y después recitó los primeros versos del
poema Everness de
Jorge Luis Borges. Enseguida, expresó: “Eso te tiró, te tiró adelante, te abrió
cosas”, y contó que, en su casa, algunas noches, el padre les leía Corazón, de
Edmundo de Amicis. “Eso me fue introduciendo en la literatura”, reveló.
Asimismo, la abuela los hacía repetir fragmentos de “Los novios”, que aún
recuerda. “El arte te abre mucho, te hace comprensivo y te aligera el corazón”,
añadió el Papa.
Tras
finalizar esta respuesta, el rapero colombiano Tostao compartió una de
sus creaciones, suscitando el aplauso del auditorio presente, y el Papa lo
elogió: “Sos un buen rapero, sos un buen rapero”.
A
continuación, el Obispo de Roma escuchó el testimonio de una persona con
discapacidad, activista en favor de la inclusión, que padeció acoso escolar a
los doce años y permaneció seis meses por fuera del sistema hasta que llegó a
la Institución Teresiana y cambió de colegio. Se sentía desesperanzada pues
nadie estaba trabajando por la inclusión y ahora, en cambio, está contenta ya
que, según sostuvo, “todos ustedes confían en que la educación es una
herramienta poderosa”. Francisco recibió una copia de una declaración de
principios realizada por esta mujer junto con compañeros de la universidad que
la ayudan en la fundación que creó.
En la última parte del intercambio,
plantearon al Papa “el sentido de la Universidad
del Sentido”. Francisco definió esta consulta como “una pregunta
tautológica” y advirtió el peligro de confundir la educación con “instrucción”.
También agregó que la “Universidad del Sentido” lleva a trabajar con los tres
lenguajes: las manos, el corazón y la mente.
“Si uno en la educación -no digo
instrucción- no se mueve en estos tres lenguajes, queda a mitad de camino,
queda sin la totalidad de una educación, que es el drama, por ejemplo, de
concebir la educación como pura instrucción”.
Prosiguiendo
su reflexión, el Santo Padre reivindicó “la capacidad de jugar” y acotó que
“cuando uno pierde la capacidad de jugar y se pone demasiado serio, pierde el
sentido de la vida”. En esta línea, relató que de chico jugó con una pelota de
trapo, dado que las pelotas de cuero eran muy caras. “Después, alguno tenía y
la traía a la placita donde jugábamos”, continuó, y recomendó la película
argentina Pelota
de trapo, en la que se puede profundizar sobre la mística que puede
haber en una pelota de trapo.
“Los
chicos, cuando juegan, inventan cosas, les basta dos, tres maderitas para hacer
un juego porque la verdadera dimensión lúdica es creativa”, enfatizó,
insistiendo en este elemento como un símbolo de la creatividad que se obtiene a
través del juego. “Gracias por esta reunión que me alegra tanto”, concluyó el
Pontífice, despidiéndose de los presentes.
Sebastián Sansón Ferrari – Ciudad del Vaticano
Fuente: Vatican News