Es fácil ver las vidas de los grandes santos y sentirse poca cosa al lado de ellos; sin embargo, existe una santa que puede inspirar a todos los que se sienten poca cosa...
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Grustock | Shutterstock. |
Si consultamos las vidas de grandes
santos como San Pedro, San Pablo, San Agustín, San Francisco de Asís, Santa
Clara, Santa Teresa de Jesús o San Francisco Javier, podemos ver a siervos de
Dios que hicieron cosas que nadie había hecho antes: algunos recorrieron los
caminos a pie, en carretas o en barcos, e hicieron miles de kilómetros para
anunciar el Reino de Dios a tiempo y a destiempo; en otras palabras, dieron su
vida por amor a Cristo.
Por eso, resulta bastante fácil sentirse muy poca
cosa al lado de ellos. Quizá los admiramos mucho, y a su vez, los vemos
demasiado inalcanzables… Sin embargo, el Señor hizo a Santa
Teresita del Niño Jesús, para inspirar a todos
aquellos que nos sentimos pequeños, sin fuerzas o poca cosa.
¿Qué
hace distinta y única a Santa Teresita de Lisieux?
En su libro autobiográfico Historia de un alma, esta
santa podría parecer para algunos lectores -a primera instancia- una santa
ñoña, sosa o con poca sustancia. ¡Qué gran error! Santa Teresita es extraordinaria dentro de su sencillez.
Teresa de Lisieux apenas vivió 24 años. Era una
hija muy querida en su casa, tenía una gran sensibilidad y padeció varias
enfermedades graves. Con solo 15 años entró en el Carmelo con una gran
determinación y, una vez dentro, tampoco destacó por hacer cosas
extraordinarias, incluso, muy pocos se dieron cuenta de su santidad en aquel
momento.
Su fama comenzó a crecer y desbordarse a raíz de
la publicación de su autobiografía y fue canonizada apenas 28 años después de
su muerte. Fue declarada Patrona de las misiones sin salir del Carmelo y
Doctora de la Iglesia por San Juan Pablo II.
El
secreto: su camino espiritual
Santa Teresita de Lisieux descubrió que todo lo
que tenía que hacer era dejarse llevar por las manos de Dios.
Ella veía el camino a la santidad como una larga
escalera, al final de la cual estaba Dios. De hecho, ella no podía siquiera
subir el primer escalón, sino que hacía intentos fallidos una y otra vez, pero
Dios, en su misericordia, vio su intención, y cuando volvió a alzar sus ojos,
pudo ver cómo Su mano la recogía y la subía hasta Él.
Así, ante la imposibilidad de ganarse el cielo por
sus propios medios, descubrió la Misericordia de Dios y fue consciente de que
todo es gracia suya. Además, pudo comprender que la naturaleza divina consiste
en cuidarnos como hijos.
Ella hizo realidad lo que dijo antes de morir:
«El deseo que le he expresado al buen Dios es el
de pasar mi cielo haciendo el bien en la tierra, hasta el fin del mundo. Sí,
quiero pasar mi cielo haciendo el bien sobre la tierra».
¿Cómo
seguir los pasos de Teresa del Niño Jesús?
Seguir el Caminito de Teresa supone reconocer lo
poco que podemos hacer por nosotros mismos; consiste en presentarnos ante Dios
con las manos vacías, tal vez solo con pecados en ellas, y pedirle que actúe
misericordiosamente con nosotros. Se trata de dejarnos llevar en lo cotidiano y
pedirle que podamos hacer cualquier cosa, por pequeña que sea, con amor.
Tip: en Hozana, red social de oración católica,
podrás unirte a la comunidad Transforma tu cotidiano con Santa Teresita del
Niño Jesús, para recibir, cada día, una palabra de
Santa Teresita que te enseñará a caminar en santidad, guiado por la sencillez y
eficacia de su espiritualidad.
¡Toma la mano de Santa Teresita y deja que el
rocío de la lluvia de rosas que nos prometió, inunde tu corazón de santidad y
amor!
Artículo en colaboración con Hozana.
Fuente: Aleteia