El mensaje del Papa es claro y reiterado: el uso de la energía atómica es un crimen "hoy más que nunca" y un enemigo de cualquier futuro para la casa común de la humanidad
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Cumbre de Hiroshima del G7. (ANSA) |
Al obispo de Hiroshima, ciudad que acoge hasta
el domingo la cumbre de las mayores economías del mundo, Francisco escribió una
carta en la que espera que la búsqueda de la estabilidad internacional sea el
resultado de una acción multilateral "integral".
No hay paz, ni tampoco seguridad planetaria,
sin un enfoque "integral" de lo que exigen estos objetivos. Un
enfoque que contemple una acción internacional concertada sobre los diversos
aspectos que caracterizan al "mundo multipolar del siglo XX", desde
el acceso a los alimentos, al agua, a los recursos que garantizan la vida y la
dignidad de todos. A los dirigentes de las siete mayores economías del mundo,
sentados a la mesa en medio de una guerra en Europa, que no cesa de agitar
periódicamente el espectro del conflicto atómico, el mensaje del Papa es claro
y reiterado: el uso de la energía atómica es un crimen "hoy más que
nunca" y un enemigo de cualquier futuro para la casa común de la
humanidad.
Curar las heridas
Francisco dirige estas consideraciones a
monseñor Alexis-Mitsuru Shirahama, obispo de Hiroshima, ciudad que acogerá la
reunión del G7 hasta el domingo 21 de mayo. En su carta al prelado, el Papa
recuerda "la sobrecogedora impresión" que le dejó su visita al
Memorial de la Paz, en el lugar de la zona cero el 6 de agosto del '45, durante
la etapa de su viaje apostólico a Japón en 2019. Después de la pandemia y ahora
con la guerra, escribe, está claro "que sólo juntos, en fraternidad y
solidaridad, nuestra familia humana puede tratar de curar las heridas y
construir un mundo justo y pacífico".
Un multilateralismo responsable
A partir de aquí, prosigue Francisco, se puede
entender cómo la búsqueda de la paz exige también que la seguridad global sea
"integral", es decir, "capaz de abarcar cuestiones como el
acceso a los alimentos y al agua, el respeto del medio ambiente, la asistencia
sanitaria, las fuentes de energía y la distribución equitativa de los bienes
del mundo. Un concepto integral de seguridad puede servir -afirma- para
anclar el multilateralismo y la cooperación internacional entre actores
gubernamentales y no gubernamentales, basándose en la profunda interconexión
entre estas cuestiones, que hace necesario adoptar, juntos, un enfoque de
cooperación multilateral responsable".
Armas nucleares, ilusión de paz
Palabras que recuerdan el concepto de
"ecología integral" de Laudato si' -según el cual la tierra se salva
si se salva el hombre- aplicado aquí a la acción internacional. "No
podemos dejar de considerar -escribe a continuación el Papa- el catastrófico
impacto humanitario y medioambiental que se derivará del uso de armas
nucleares, así como el despilfarro y la mala asignación de recursos humanos y
económicos que implica su desarrollo". Tampoco hay que subestimar
"los efectos del persistente clima de miedo y recelo generado por su mera
posesión, que compromete el crecimiento de un clima de confianza mutua y
diálogo". Por lo tanto, concluye, "las armas nucleares y otras armas
de destrucción masiva representan un multiplicador de riesgos que sólo ofrece
una ilusión de paz".
Por lo tanto, las oraciones y deseos son para
que el G7 en Hiroshima "demuestre una visión de futuro a la hora de sentar
las bases de una paz duradera y una seguridad estable y sostenible a largo
plazo".
Alessandro De Carolis - Ciudad del
Vaticano
Vatican News