El Cardenal Leopoldo Brenes, Arzobispo de Managua (Nicaragua), ordenó 11 nuevos diáconos el viernes 16 de septiembre en la Catedral local.
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El Cardenal Brenes y los 11 nuevos diáconos ordenados en Nicaragua. Crédito: Arquidiócesis de Managua |
En
la homilía de la Misa que
presidió, el Cardenal agradeció a Dios por las estas vocaciones; a
la Virgen María, y a las madres de los diáconos, quienes los cuidaron y
formaron en la fe.
El
Purpurado alentó a los nuevos diáconos a ser sencillos y recordar que “somos
meros instrumentos. No somos dueños de la Palabra y no podemos manipularla,
sino dejar que la Palabra nos interpele”.
“Somos dispensadores de esa Palabra y no podemos hacerle decir otra cosa, sino
lo que ella misma nos indica que debemos transmitir”.
Vivir el servicio y no buscar el poder
En
su homilía, el Cardenal Brenes dijo a los diáconos que “los hombres del mundo
siempre piensan en el poder” y eso aleja a los servidores de Cristo de su
misión.
“Una
persona hace años me preguntó si los diáconos tienen poder o capacidad de
servicio. Yo le respondí que van a servir, al servicio. Esta persona contaba
que uno de los diáconos nuevos entonces, dijo que ‘ya era diácono y tenía
poder’. No”, relató el Purpurado.
“No
nos olvidemos, el poder es del mundo y eso es negativo en relación con los
hombres. En la Iglesia estamos para servir y eso lo dice el Señor: ‘No he
venido para ser servido sino para servir’”.
El
Arzobispo dijo también que el mismo Cristo a los discípulos que “el que quiera
ser el primero debe ser el último” y que para mantener ese espíritu es imprescindible
la oración.
“La
oración es nuestra fuerza y lo que va a estar poniendo un límite para no ir más
allá, para tener nuestra mirada fija en Jesús”, resaltó el Cardenal.
“El
Papa nos alienta a mirar al Crucificado que nos da fuerza, especialmente en
momentos de vacío y soledad. Miren siempre al crucificado. Allí encontrarán la
fortaleza para ejercer con gozo y alegría su ministerio”, aseguró.
El
Arzobispo también animó a los nuevos diáconos a nutrirse siempre de la Palabra
de Dios para ser “testigos de Jesús a partir de un testimonio vivo, porque el
testimonio de vida transforma”.