1 Ofrendarlo a Dios
2 Valorarlo
Cierto momento he escuchado a
personas ir por su salario y expresarse de ello como ir a recoger “esa
cochinada” ¿Así valoras todo tu esfuerzo? Como algo tan simple o sin valor. Si
tú mismo no lo valoras ¿Cómo esperas que otros valoren tu trabajo? Así que antes
de recoger esa “cochinada” ve y recoge la bendición de tus frutos laborales.
3 Trabajar con amor
Ya decía el proverbio, quien
trabaja en lo que ama no trabaja nunca, y si no cuentas con la suerte de
trabajar en lo que amas, pues ama en lo que trabajas, porque es el barco en el
que pasas tu vida y puedes amarlo haciendo cada labor como si fuera para
alguien a quien amas
Y cuando trabajáis con amor, os
integráis a vosotros mismos, y el uno al otro, y a Dios.
¿Y qué es trabajar con amor?
4 Trabajar con orgullo
No es una maldición que cargamos
el tener que trabajar, esto independientemente de cual sea tu labor. Algunos
creen que es más honrosa una profesión a otra, pero todas realizadas con
orgullo y amor dignifican a todo hombre. Leamos a Gibran
Pero yo digo, no en sueños sino
en pleno despertar del mediodía, que el viento no habla con más dulzura a la
gigantesca encina que a la más ínfima de las hierbas del bosque.
5 Vive para trabajar y no
trabajes para vivir
Que el trabajar sea para dignificarte y no para esclavizarte, que ames trabajar pero no que sea lo único que ames hacer. Ya decía Facundo, el conquistador por cuidar su conquista termina esclavo de lo que conquistó. Así que adelante hazlo con el orgullo con que Beata Madre Teresa de Calcuta bañaba a sus pobres, con la alegría con que san Francisco salía a Predicar, con el deseo de hacerlo bien con que san Martín de Porres barría el monasterio, pero sobre todo con el amor con que Jesús cumplió su misión aun siendo una dura misión.
Fuente: Catoliscopio.com