Enriquece tu Cuaresma con estas devociones poco
conocidas en recuerdo de la PasiĆ³n de Cristo
La Cuaresma es un tiempo especial en el
calendario de la Iglesia, uno en el que el foco principal se centra en la
PasiĆ³n y muerte de Cristo. Esto nos da una oportunidad para meditar sobre el
sufrimiento de JesĆŗs, al tiempo que reconocemos nuestra contribuciĆ³n a su
crucifixiĆ³n.
SegĆŗn
describe el Catecismo de la Iglesia
CatĆ³lica, “la Iglesia (…) no ha olvidado jamĆ”s que ‘los pecadores mismos
fueron los autores y como los instrumentos de todas las penas que soportĆ³ el
divino Redentor’ (Catecismo Romano, 1, 5, 11; cf. Hb 12, 3). (…) la Iglesia no
duda en imputar a los cristianos la responsabilidad mƔs grave en el suplicio de
JesĆŗs”.
Esta realidad
no tiene por objetivo hundirnos en la depresiĆ³n, sino ayudarnos a reconocer
el dolor que nuestros pecados causaron a Quien desean nuestros corazones.
A lo largo de
los siglos, se desarrollaron varias devociones para destacar este hecho y para
despertar en las personas un profundo sentido de dolor por el pecado.
La Cuaresma
es un tiempo para “convertirse y creer en la Buena Noticia”, asĆ que meditar
sobre la PasiĆ³n de JesĆŗs es una manera de despertarnos de nuestro letargo
espiritual y volvernos hacia Dios.
AquĆ tienen
tres devociones poderosas extraĆdas de la Raccolta que
pueden ayudar en el aspecto que estamos viendo y que son de lo mƔs apropiadas
para los viernes de Cuaresma.
Arrodillarse a las 15:00 para rezar 5 padrenuestros y 5 avemarĆas
En un concilio eclesiƔstico local celebrado
por san Carlos Borromeo, arzobispo de MilĆ”n, se decretĆ³ que la campana de
la iglesia habrĆa de sonar todos los viernes a las 15:00, para recordar a los
fieles la PasiĆ³n de Jesucristo a esa hora.
Esta devociĆ³n
era muy popular y el papa Benedicto XIV extendiĆ³ la prĆ”ctica a la Iglesia
universal. AsĆ, declarĆ³ en 1740 que todas las iglesias debĆan repicar las
campanas de sus iglesias todos los viernes a las tres de la tarde.
TambiƩn
invitaban a los catĆ³licos a arrodillarse y decir cinco padrenuestros y cinco
avemarĆas en recuerdo de la PasiĆ³n y la agonĆa de Jesucristo, rezando por las
intenciones del Santo Padre y la conversiĆ³n de los pecadores.
Meditar durante 3 horas sobre la PasiĆ³n de Cristo
En reconocimiento del amor de JesĆŗs por la
humanidad y Su intenso sufrimiento durante tres horas en la cruz, un sacerdote
de Lima, PerĆŗ, el padre Alfonso Messia, desarrollĆ³ una devociĆ³n particular en
el siglo XVIII.
Consiste en
un ejercicio devocional para el Viernes Santo o cualquier otro viernes, por el
que una
persona medita segĆŗn sus capacidades sobre el sufrimiento de Jesucristo durante
las tres horas que pasĆ³ colgado en la cruz.
El ejercicio
comienza a las 12:00 de mediodĆa y termina a las 15:00. Se podrĆa meditar sobre
cualquier aspecto de la PasiĆ³n, como las Ćŗltimas siete frases de Cristo o sus
heridas sagradas, usando un libro espiritual o comentario bĆblico o con la guĆa
de un sacerdote.
Rezar esta oraciĆ³n de san
PĆo V
Jesucristo, mi SeƱor crucificado, Hijo de
la Bienaventurada Virgen MarĆa, abre Tus oĆdos y escĆŗchame, asĆ como escuchaste
al Padre en el Monte Tabor.
Jesucristo, mi SeƱor crucificado, Hijo de
la Bienaventurada Virgen MarĆa, abre Tus ojos y mĆrame, asĆ como miraste desde
lo alto de la Cruz a tu Madre querida, afligida por el dolor.
Jesucristo, mi SeƱor crucificado, Hijo de
la Bienaventurada Virgen MarĆa, abre Tu boca y hĆ”blame, asĆ como le hablaste a
san Juan cuando le diste por hijo a Tu Madre.
Jesucristo, mi SeƱor crucificado, Hijo de
la Bienaventurada Virgen MarĆa, abre Tus brazos sagrados y abrĆ”zame, asĆ como
los abriste sobre el Ɣrbol de la Cruz para abrazar al gƩnero humano.
Jesucristo, mi SeƱor crucificado, Hijo de
la Bienaventurada Virgen MarĆa, abre Tu corazĆ³n, recibe el mĆo y concĆ©deme lo
que Te pido, si tal es Tu voluntad.
Philip Kosloski
Fuente:
Aleteia