¿Salvados
por la campana?
Hola,
buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Ayer
por la tarde volvimos a retomar la tarea de habilitar la sala de
trabajo-evangelización. Me encanta, y disfruto mucho con cualquier tarea así,
de manitas, aunque a veces se podría decir mejor... de “chapuzas”.
Estábamos
trabajando ente el andamio, el yeso, y los cables cuando, de pronto, nos dimos
cuenta de que comenzaba a tocar la campana para bajar a Vísperas...
-¿Ya?-
nos dijimos asombradas- Se ha pasado el tiempo volando...
Uff...
¡cómo me costó soltar lo que estaba haciendo! Pero era la hora y el tiempo
corría, así que lo dejamos y nos fuimos volando a cambiar.
Cuando
estábamos rezando en Vísperas, le daba gracias al Señor por tener una campana
que me frena. Sí, porque me daba cuenta de que, cuando me gusta mucho una cosa,
soy capaz de embeberme de tal forma, que ya hasta me olvido de por qué lo estoy
haciendo.
Sin
embargo, esa campana te vuelve a Él, tu corazón vuelve en sí, y, al pararte, te
da tiempo para orar, para pensar, y se recoloca todo el orden de valores en tu
interior.
Es
cierto que a nosotras nos suena una campana física, pero en realidad todos
llevamos una campanilla por dentro que intenta producir en nosotros ese efecto
de hacernos parar.
Siempre
se ha dicho que la campana es la voz del Señor que te llama; pues del mismo
modo, Él, con esa campanilla interior, te reclama para que te dé tiempo a
frenar cuando sientes que te estás enfadando, o para dejar a un lado el trabajo
cuando ya es hora de ir a casa a estar con los peques, o a parar en seco cuando
sientes que has perdido la paz, para que, orando, Él te la pueda devolver...
Es
una campanilla increíble, porque siempre suena cuando menos quieres, pero, en
realidad, es justo el momento en el que realmente la necesitas. Y muchas veces
nuestro día depende del caso que hagamos a Su llamada interna. Él tan solo
quiere que cada instante de nuestro día sea pleno, sea feliz, y por ello, con
sus susurros, trata continuamente de enderezar nuestro día, invitándonos a
vivirlo desde el Amor, desde la entrega, con un corazón enamorado y que sabe lo
que quiere y por quién lo hace.
Hoy
el reto del amor es hacer caso a tu campanilla interna. Es Jesús que va
contigo; y así recuerda, que cuando suene, es Él que te quiere, y que tiene un
mejor plan para ti.
VIVE
DE CRISTO
Pd:
II CONCURSO DE DIBUJO
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Fuente:
Dominicas de Lerma