MONICIÓN DE ENTRADA
Buenos
días, sed bienvenidos a esta celebración por la que iniciamos el tiempo de
Cuaresma.
Un
año más, la Iglesia nos convoca a iniciar un camino de conversión que nos conducirá
hacia la Pascua. En realidad, se nos invita a salir de nuestros puntos de mira,
a romper con nuestras rutinas, a suspender nuestros hábitos… En definitiva, se
nos invita a salir de nosotros mismos y a permitir que Dios realice su obra
salvadora en nosotros.
Dios
quiere renovar su misericordia. La Pascua de su Hijo, Jesús, es el horno de
fundición por el que su amor nos renueva. Nosotros solo necesitamos volvernos a
Él y que nos dejemos hacer por su gracia.
Que
esta celebración cree en nosotros las disposiciones necesarias para abrirnos a
la misericordia divina.
MONICIÓN A LAS LECTURAS
Sinceramente,
hemos de reconocer que, los que llevamos muchas cuaresmas a nuestras espaldas,
iniciemos este tiempo con pocas esperanzas de renovación. Y, sin embargo, la
Iglesia como buena Madre y Maestra nos invita a confiar, no en nuestra
generosidad, sino en la de Dios.
La
Cuaresma es tiempo de gracia. En realidad lo que se nos pide es que nos
pongamos, cara a cara, delante de Dios y que dejemos que Él obre en nosotros
para asemejarnos a su Hijo, Jesús.
Escuchemos
la Palabra que hoy se nos proclama, la cual nos pide ser sinceros con Dios y
con nosotros mismos.
ORACIÓN DE LOS FIELES
A
cada suplica respondemos: ¡Padre, conviértenos a Ti!
- Por
la Iglesia, Pueblo santo de Dios, para que todos sus miembros nos entreguemos a
este tiempo de conversión con un espíritu de generosidad. OREMOS.
- Por
los que luchan por promover la justicia y la paz en nuestro mundo, para que en
su entrega se sientan fortalecidos por el Espíritu divino. OREMOS.
- Por
las comunidades cristianas, para que en este tiempo de Cuaresma se entreguen
con ahínco a las obras de penitencia y solidaridad. OREMOS.
- Por
los que participamos en esta celebración, para que en este tiempo de conversión
profundicemos en nuestra vida de oración. OREMOS.
-
Por los necesitados de nuestro entorno, para que encuentren en nosotros signos
de fraternidad y puedan reconocerse amados por Dios. OREMOS.
ORACIÓN FINAL
Padre
de Misericordia, Fuente de toda bondad,
gracias
porque un año más tu Iglesia
nos
convoca a un tiempo de conversión.
Ella
nos invita a prepararnos,
para
celebrar con gozo la Pascua de tu Hijo, Jesús.
Padre
Santo, Fuente de toda santidad,
gracias
por tu paciencia y fidelidad.
Tú
sigues confiando en nosotros
y
esperas que abandonemos nuestras rutinas
y
confiadamente nos volvamos hacia Ti.
Gracias
por no abandonar la obra de tus manos
y
por querer hacer de nosotros, pobres criaturas,
hijos
tuyos en tu Hijo, Jesús.
Te
pedimos, Padre de bondad,
que
tu Espíritu trabaje en nuestras almas
las
disposiciones necesarias para que tu misericordia
pueda
realizar su obra en nosotros.
Que
Él nos lleve a ser frecuentes en la oración,
a
combatir los egoísmos
que
nos cierran sobre nosotros mismos
y a
estar atentos a nuestros hermanos
para
auxiliarles en sus necesidades.
Santo
Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal,
ten
piedad y misericordia de nosotros. Amén.