¿Montaña
de problemas?
Hola,
buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Estos
días estoy ayudando a Lety a agrupar en un catálogo las cosillas que hemos ido
haciendo, los diseños que tenemos...
Me
pidió insertar en el catálogo, de forma ordenada, todos los dibujos de la
máquina láser. Es decir, dibujos que ha ido haciendo Joane, que solo tienen
trazo, y que después hemos ido grabando en pulseras, medallas...
Así
que, toda decidida, me dispuse a ponerme a trabajar sobre ello. Pero, al abrir
la carpeta de las imágenes.... ¡qué desastre! Y encima había sido yo, que al
trabajar no había ido ordenando, sino que las había dejado tal cual caían, y
mira ahora qué lío tenía montado.
Al
mirarla globalmente no sabía por dónde cogerla; así no podía insertarlas, no
podía trabajar. Menos mal que Lety me había dado la idea de agrupar las fotos
por “Virgen María”, “Cristos”, “Santos”... De modo que dejé de mirar la
globalidad y me puse una a una a ir ordenándolas.
Cuando
terminé de ordenarlas, me di cuenta de que no era para tanto. Y, claro, ahora,
se veía muy diferente: de más de 150 imágenes sueltas, a 5 carpetas... ¡la cosa
cambiaba! Ahora ya estaba listo para poderlas insertar en el catálogo.
Cuántas
veces, cuando nos sobre viene un problema, lo primero que nos atasca es ese
golpe abrumador que nos causa el ver la globalidad de cosas que solucionar...
Pero claro, así es imposible, se nos hace una montaña y no sabemos por dónde
cogerlo.
Cuando
un problema nos pesa, nos inquieta, no sabemos cómo hacer... es que lo estamos
llevando nosotros, y entonces sucede que, antes o después, nos topamos con
nuestra debilidad, porque nos supera, no podemos con ello.
Pero
Cristo sí, Él puede cargarlo, y, si confías en Él y lo dejas en Sus manos, Su
paz te inundará aún antes de solucionarlo. Y de tal manera, que, desde Su paz,
podréis ir solucionando juntos paso a paso. La globalidad le pertenece a Él, y
de Su mano puedes mirar de frente el uno por ciento para ir ordenando tu
carpeta.
Hoy
el reto del amor es solucionar un uno por ciento de ese problema. El uno por
ciento de hoy; no quieras soluciones rápidas, ni una de golpe. Descansa en
Cristo, hazle propietario del problema y mira con Él ese uno por ciento que hoy
podéis solucionar juntos.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma