En el estado de Pensilvania
(Estados Unidos), once hermanas carmelitas descalzas están levantando un
monasterio de clausura siguiendo la tradición y directrices de Santa Teresa de
Ávila
Carmelitas de Fairfield . Foto: Sitio Web Fairfield Carmelites |
El monasterio que se está
construyendo con piedra se encuentra en Fairfield, en una colina de la Diócesis
de Harrisburg.
En una entrevista concedida a
Catholic World Report, la Madre Teresa del Amor Misericordioso (OCD), quien
sirve como maestra de primer nivel y de novicias, comentó los avances de este
gran proyecto estimado en 12 millones de dólares, de los cuales se ha recaudado
la tercera parte. Esto ha permitido la finalización de dos de los edificios de
piedra.
La comunidad está conformada
por hermanas jóvenes de entre los 20 y 30 años. Por ser de clausura, las monjas
no tienen permitido salir de su claustro, a menos que se trate de una
emergencia médica.
“Nuestros muros serán de
piedra todo el camino. Es auténtico y representa nuestro estilo de vida”, dijo.
Las monjas originalmente eran parte del Carmelo de Jesús, María y José en
Elysburg, que también forma parte de la diócesis de Harrisburg, quienes de
acuerdo con la tradición carmelita, deben separarse cuando la comunidad crece
para formar una nueva.
Asimismo, no solo se trata de
construir un monasterio para la hermanas, sino de una comunidad
“autosostenible”.
“Son mini aldeas, conformadas
por pequeñas cabañas auxiliares conectadas por pasillos, patios y jardines. La
capilla se encuentra en el centro, y a lo largo del perímetro hay campos y
pastos para sus cultivos y ganado”, indicó.
Las hermanas emplean un
método de construcción inusual en los últimos 100 años: usan materiales y
bloques propios de la naturaleza creada de Dios. “La piedra proviene de nuestra
propiedad, así como de los edificios que nos rodean, los cuales datan del año
1700”, señaló la Madre Teresa del Amor Misericordioso.
El monasterio se construye
cerca al Santuario de St. Elizabeth Ann Seton y del Seminario de Mount St.
Mary, uno de los más antiguos del país ubicados en Emmitsberg. “Estar cerca del
seminario es apropiado, ya que nuestro carisma es orar por los sacerdotes, y
los seminaristas vienen a nuestra comunidad para servir en la Misa”, comentó.
Asimismo, la madre destacó la
generosidad de la comunidad local, que les proporciona alimentos y otros
suministros a través de un torniquete, donde puedes dejar las cosas y tocar la
campana para recogerlos.
“En nuestro sitio web,
tenemos una lista de cosas que necesitamos como leña y velas. También
agradecemos la ayuda de los voluntarios, que pueden ayudar con cosas como
cortar el césped o limpiar. Las personas que quieran donar financieramente
pueden escribirnos o donar a través del sitio web”, expresó.
“Sería una gran noticia decir
que hemos terminado el monasterio en 10 años, pero a los artesanos les lleva
tiempo trabajar en piedra”. Asimismo, afirmó la Madre Teresa del Amor
Misericordioso, les gustaría establecerse con la granja familiar y cultivando
sus propios vegetales.
La religiosa dijo que en
Fairfield también están desarrollando su propia granja, y que está formando
lazos con los amish, una comunidad etnorreligiosa protestante. “Son gentiles y
amables con nosotros, y admiramos lo que podemos de su sencilla vida familiar”,
manifestó la hermana.
La vida en el monasterio
"La misión principal de
la Orden Carmelita es orar y ofrecer oblación a la Iglesia y al mundo",
afirman en su sitio web. Ellas llevan un hábito completo, viven una vida de
penitencia y oración en comunidad.
La Madre Teresa del Amor
Misericordioso comentó que llevan un gran escapulario de lana sobre su hábito.
Asimismo, usan sandalias de cáñamo que ellas mismas elaboran, un manto blanco y
un velo negro.
“Como dijo Santa Teresa de
Lisieux, nuestro hábito es demasiado cálido para el verano y en el invierno es
demasiado frío, pero nos acostumbramos al sacrificio”, afirmó.
“No usaríamos nada más. Lo
usamos permanentemente, y se ha convertido en parte de nuestra identidad”, dijo
la religiosa.
Dentro de su rutina, se
levantan para orar a las 4:30 a.m., a menudo rápido, no comen carne, no tienen
autos, usan velas para alumbrarse y carecen de muchos aparatos.
Recordó que es parte de la
Orden Carmelita en el mundo “permanecer ocultas”. “No queremos que nuestro
‘escondite’ sea expuesto”, concluyó.
Fuente: ACI