En
la Audiencia General de este miércoles 22 de mayo, en sus saludos a los
peregrinos francófonos, el Papa Francisco recordó a la religiosa española, Inés
Nieves Sancho, asesinada bárbaramente en el pueblo de Nola, en la República
Centroafricana
“Quisiera recordar hoy con ustedes, a Sor Inés
Nieves Sancho, de 77 años, educadora de muchachas pobres durante décadas,
asesinada bárbaramente en Centroáfrica, en el mismo lugar donde enseñaba a
coser a las jóvenes. Una mujer más que da su vida por Jesús en el servicio a
los pobres”, con estas palabras el Papa Francisco recordó al finalizar la
Audiencia General del cuarto miércoles de mayo, a la religiosa española
asesinada la madrugada del domingo en la aldea de Nola, cerca de Berberati, en
la República Centroafricana.
La pequeña, amable y
pacífica misionera
En
sus saludos a los peregrinos francófonos, el Santo Padre recordó la figura de
la pequeña, amable, y absolutamente pacífica misionera española. Es así como la
describen quienes conocieron a la hermana Inés Nieves Sancho. La religiosa de
77 años fue encontrada muerta el lunes por la mañana en el pueblo de Nola,
diócesis de Berberati, en la República Centroafricana, en el local donde
enseñaba – como lo ha recordado hoy el Papa Francisco en la Audiencia General –
a las jóvenes, en primer lugar, a coser y a tratar de tener una vida mejor. Su
cuerpo – informó L’Osservatore Romano – ha sido horriblemente
mutilado.
Comprometida en la
formación de las jóvenes
La
hermana Inés pertenecía a la pequeña comunidad local de las Hijas de Jesús.
Desde hace muchos años estaba involucrada en esta gran aglomeración de la
prefectura de Sangha-Mbaéré, en el suroeste de la República Centroafricana, en
la frontera con Camerún. Aquí, en un contexto hecho de edificios y cuarteles
toscamente construidos, desde hace décadas realizaba su trabajo hasta la vejez.
Quería permanecer a toda costa, incluso sola, para continuar su misión hasta
que las fuerzas se la hubieran concedido. “Nos vimos en Pascua – narra Sor
Elvira Tutolo, de las Hermanas de la Caridad de Santa Juana Antida Thouret, que
lleva 18 años en una misión en Berberati – y ella no quería irse. Ella decía:
“¡No estoy sola! ¡Ahí están las chicas!”.
Asesinato quizás
relacionado con el tráfico de órganos
Durante
la noche entre el domingo y el lunes, unos desconocidos entraron en su
habitación, la recogieron y la llevaron al local donde impartió sus clases de
costura. Tal vez un lugar simbólico para sus agresores. Aquí la decapitaron.
Las razones de la agresión aún se desconocen. Nadie ha reclamado la acción.
Aunque la elección del lugar del asesinato puede ser indicativa – informó L’Osservatore
Romano – entre las hipótesis se encuentra también la de la práctica
irreverente del comercio de órganos humanos. A menudo, este tipo de acción se
considera propiciatoria de la fortuna, en primer lugar, para una búsqueda
exitosa de diamantes. También sucede que son los mismos padres los que matan a
algunos niños para propiciar la fortuna deseada. Una práctica que proviene del
cercano Camerún, no es de extrañar que sea el destino preferido de este tipo de
comercio.
Renato
Martínez – Ciudad del Vaticano
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