"Acogiendo en lo concreto de nuestra vida la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte, atraeremos su fuerza transformadora tambiĆ©n sobre la creaciĆ³n”, concluye el mensaje pontificio
Cuaresma |
A las 11.30 en la Sala de Prensa de la Santa Sede tuvo
lugar la conferencia de presentaciĆ³n del Mensaje del Santo Padre Francisco para
la Cuaresma de este aƱo cuyo tĆtulo es: “La creaciĆ³n, expectante, estĆ”
aguardando la manifestaciĆ³n de los hijos de Dios” (Rm 8, 19)
Intervinieron en la presentaciĆ³n el Cardenal Peter Kodwo Appiah
Turkson, Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano
Integral; MonseƱor Segundo Tejado MuƱoz, Subsecretario del mismo Dicasterio y
el Sr. Alberto Piatti, Vicepresidente de la Empresa Responsable y Sostenible
ENI.
Firmado en la Ciudad del Vaticano el pasado 4 de
octubre, en la Fiesta de San Francisco de AsĆs, el PontĆfice propone en
su Mensaje una reflexiĆ³n articulada en tres puntos: La
redenciĆ³n de la creaciĆ³n; La fuerza destructiva del
pecado y La fuerza regeneradora del arrepentimiento y
del perdĆ³n para destacar que la Cuaresma es signo sacramental de la
conversiĆ³n a la que estĆ”n llamados constantemente todos los cristianos, a fin
de encarnar mƔs intensa y concretamente el misterio pascual en la vida
personal, familiar y social, en particular, mediante el ayuno, la oraciĆ³n y la
limosna.
Ayuno, oraciĆ³n y limosna
Es interesante destacar que ante el verbo “ayunar”,
Francisco escriba que significa “aprender a cambiar nuestra actitud con los
demĆ”s y con las criaturas”, es decir, pasar “de la tentaciĆ³n de devorarlo todo,
para saciar nuestra avidez, a la capacidad de sufrir por amor, que puede colmar
el vacĆo de nuestro corazĆ³n”. Mientras “orar” es necesario – escribe –
“para saber renunciar a la idolatrĆa y a la autosuficiencia de nuestro yo, y
declararnos necesitados del SeƱor y de su misericordia”. A la vez que “dar
limosna” es un imperativo “para salir de la necedad de vivir y acumularlo todo
para nosotros mismos, creyendo que asĆ nos aseguramos un futuro que no nos
pertenece”.
De este modo el Papa Bergoglio afirma que es posible
volver a encontrar la alegrĆa del proyecto que Dios ha puesto en la creaciĆ³n y
en nuestro corazĆ³n, es decir amarlo, amar a nuestros hermanos y al mundo
entero, y encontrar en este amor la verdadera felicidad.
Amar a nuestros hermanos y al mundo entero
Hacia el final de su mensaje el PontĆfice recuerda que
la “Cuaresma del Hijo de Dios fue un entrar en el desierto de la creaciĆ³n para
hacer que volviese a ser aquel jardĆn de la comuniĆ³n con Dios que era antes del
pecado original”. De ahĆ que manifieste su esperanza de que “nuestra Cuaresma
suponga recorrer ese mismo camino, para llevar tambiƩn la esperanza de Cristo a
la creaciĆ³n, que serĆ” liberada de la esclavitud de la corrupciĆ³n para entrar en
la gloriosa libertad de los hijos de Dios”.
Abandonar el egoĆsmo y la mirada fija en nosotros mismos
Por Ćŗltimo el Santo Padre recomienda no dejar
“transcurrir en vano este tiempo favorable”. E invita a pedir a Dios “que nos
ayude a emprender un camino de verdadera conversiĆ³n”; a la vez que exhorta a
abandonar el egoĆsmo y la mirada fija en nosotros mismos, dirigiĆ©ndonos hacia
la Pascua de JesĆŗs haciĆ©ndonos “prĆ³jimos de nuestros hermanos y hermanas que
pasan dificultades, compartiendo con ellos nuestros bienes espirituales y
materiales”.
“AsĆ – concluye el Mensaje pontificio para la Cuaresma
de este aƱo – acogiendo en lo concreto de nuestra vida la victoria de Cristo sobre
el pecado y la muerte, atraeremos su fuerza transformadora tambiƩn sobre la
creaciĆ³n”.
MarĆa Fernanda Bernasconi – Ciudad del Vaticano
Vatican News