“El viaje de los migrantes no siempre es una experiencia feliz”. Así, piensa en los “terribles viajes de las víctimas de la trata”
![]() |
Foto: Thiago Dezan / Farpa / CIDH |
Abraham y Sara fueron migrantes, la sagrada familia prófugos
en Egipto, no faltó el atroz comercio de personas, la trata; historias viejas
como la Biblia y que se repiten hasta nuestros días, pero que también traen
lecciones de esperanza
A partir de la sabiduría de
los antepasados en la fe, el papa Francisco recuerda hoy que los “movimientos
humanos, a pesar de generar desafíos y sufrimientos, están enriqueciendo
nuestras comunidades”. Lo
escribió en el prólogo del volumen, “Luces en los caminos de la esperanza”,
lanzado recientemente por la editorial del Vaticano y promovido por la
‘Sección Migrantes y Refugiados’ del Dicasterio para el Servicio de
Desarrollo Humano Integral de la Santa Sede.
Se trata de
una colección de las enseñanzas magistrales del papa Francisco sobre
los migrantes, refugiados y la trata desde el inicio de su pontificado
hasta finales de 2017.
En el prólogo
de la obra asegura que “mudarse y establecerse en otro lugar con la esperanza
de encontrar una vida mejor para sí mismos y sus familias: este es el profundo
deseo que ha conmovido a millones de migrantes a lo largo de los siglos”.
“El viaje de
los migrantes no siempre es una experiencia feliz”. Así,
piensa en los “terribles
viajes de las víctimas de la trata”.
No obstante,
incluye en su visión la esperanza del rescate también para ellos. “Como sucedió
con el pequeño José, el hijo de Jacob, vendido como esclavo por sus hermanos
celosos”, y quien en Egipto deviene mano derecha del faraón (Gn 37).
El Papa desea que no se olvide “el dramático éxodo de los refugiados, una
experiencia que el mismo Jesucristo probó, junto con sus padres, al comienzo
de su vida terrenal, cuando huía a Egipto o para salvarse de la furia asesina
de Herodes (Mt 2)”.
“Al igual que
la historia humana, la historia de la salvación ha estado marcada por
itinerarios de diferentes tipos: migraciones, exilios, escapes, éxodos-,
y todos de igual modo, motivados por la esperanza de un futuro mejor en otro
lugar”.
“E incluso
cuando la itinerancia se ha llevado a cabo con intenciones delictivas, como en
el caso de la trata, no debemos permitir que nos roben la esperanza de la
liberación y del rescate”.
Recuerda que
“en su misericordia, Dios otorga libremente su gracia en todas las
circunstancias. Esto es confirmado por los ejemplos inspiradores de nuestros antepasados
en la fe
que han tenido que huir de la persecución o, siguiendo la voz del Señor, han viajado a tierras lejanas como
misioneros”.
“Incluso hoy
en día, los movimientos humanos, a pesar de generar desafíos y sufrimientos,
están enriqueciendo nuestras comunidades, las Iglesias locales y las sociedades
de cada continente. ‘Gracias a la ternura y la misericordia de nuestro Dios’,
profetizó Zacarías, el Señor nos visitará para “dirigir nuestros pasos en el
camino de la paz” (Lc 1,78-79)”, añadió.
El Sucesor de
Pedro, escribió, “confío que esta colección de enseñanzas y reflexiones puedan
iluminar nuestros pasos en los caminos de la esperanza, proporcionando inspiración
para la oración, la predicación y la acción pastoral”.
Al texto “Luces
en los caminos de la esperanza”, de casi 500 páginas, se acompaña una
versión electrónica con programa de búsqueda, disponible en la página
web de la ‘Sección Migrantes y Refugiados’ del Vaticano que será actualizada
regularmente cada seis meses incorporando las nuevas enseñanzas pontificias.
Naufragio
en el Mediterráneo, dolor del Papa por 170 muertes
Apenas ayer, en el ángelus del domingo, con
un Ave María, Francisco recordó
con dolor las 170 víctimas, “ahogadas en el Mediterráneo”, y que “buscaban un
futuro”, “víctimas tal vez, de traficantes de seres humanos”.
En las
últimas horas, se tuvo noticia de dos naufragios. Él último con un balance de
117 víctimas y otras tres fueron encontradas muertas, tras el naufragio de un
barco con inmigrantes, entre ellos mujeres y niños, a 50 millas de las costas
de Libia, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Ary Waldir Ramos Díaz
Fuente: Aleteia