Cristo nos dice: nadie sabe, ni siquiera el Hijo, solamente el
Padre
La “Luna de
sangre” por el eclipse lunar total de este 27 de julio, que será visible en
casi todo el mundo, despierta temor en algunos por su supuesto vínculo con una
profecía apocalíptica. ¿Qué hay de cierto?
La noche del 27
de julio se producirá el eclipse lunar total más largo del siglo. Durante una
hora y 43 minutos la Tierra le bloqueará la luz del Sol a su satélite.
El color rojizo
de la Luna durante el eclipse le ha valido el nombre de “luna de sangre”.
El Dr. David
Diner, investigador de la NASA, explicó en el sitio web de la agencia
estadounidense que “si estuvieras parado sobre la superficie de la Luna durante
un eclipse lunar, verías la puesta y el levantamiento del Sol detrás de la
Tierra, y observarías los rayos solares refractados y dispersados mientras
pasan a través de la atmósfera rodeando nuestro planeta”.
“Visto desde la
Tierra, estos rayos ‘llenan’ la sombra de la Tierra proyectada sobre la
superficie lunar, dándole al disco de la Luna un tenue resplandor naranja o
rojizo”, indicó.
Pero, ¿qué
relación guarda este fenómeno natural con profecías bíblicas?
El P. José de
Jesús Aguilar, director de Radio y Televisión de la Arquidiócesis Primada de
México, dijo a ACI Prensa que aunque la “Luna de Sangre” es “un fenómeno
maravilloso, mucha gente lo liga concretamente a dos textos de la
Biblia”.
“El primero
está tomado de Joel, donde dice ‘Yo, el Señor, causaré que el Sol no dé su luz
–eso es un eclipse solar– y la Luna se convertirá en sangre antes del gran y
notable día del Señor’. De acuerdo a esto, la profecía evidentemente estaría
anunciando que habría una Luna de sangre, una Luna roja antes de que viniera ya
el Señor por segunda ocasión”.
El P. Aguilar
explicó que “este texto se llama apocalíptico porque se conecta con un texto
del Apocalipsis respecto al sexto sello, donde se dice ‘el Sol se cambiará en
tinieblas y la Luna en sangre, en el grande y terrible día de Yahvé’”.
El sacerdote
mexicano precisó que si bien en las Sagradas Escrituras se mencionan “algunas
señales de la llegada del Mesías, tenemos que recordar que Cristo nos dice,
cuando los apóstoles le preguntan cuándo va a ser el día y la hora, que nadie
sabe, ni siquiera el Hijo, solamente el Padre”.
“Esta frase
seguramente Cristo no la dice únicamente a los apóstoles, sino a todas las
generaciones, que están tan preocupadas por cuándo va a ser el fin del mundo,
en lugar de estar preocupadas por estar viviendo el día, el momento, el aquí y
el ahora”.
“Como dijo
Cristo en otro momento, no se preocupen por el mañana que cada día
tiene sus propios afanes”, añadió.
El P. Aguilar
alentó a “quienes pueden ver este maravilloso fenómeno que lo hagan”, pero
precisó que “más que estar poniendo la vista en la Luna, hay que poner la vista
en el mundo, en nosotros mismos. Porque de nada sirve que cambie la
Luna de color, si no cambiamos el color del corazón del ser humano, el
color de la solidaridad, de la ayuda, de la atención a los niños que están
siendo abortados, a las injusticias, al hambre, a las situaciones que están
viviendo Venezuela y Nicaragua”.
“El hombre de
Dios en cualquier señal, en cualquier cosa, por muy pequeña que sea, encuentra
la voluntad de Dios que consiste en hacer el bien, vivir el bien”.
De esa forma,
aseguró, “cuando llegue el último momento, el fin del mundo, si estás viviendo
en el amor, en la justicia, en la verdad, no tendrás por qué temer, porque ese
momento será tu liberación”.
Fuente:
ACI Prensa