Francisco ha visitado a los alumnos de catequesis de San Juan María Vianney, en Roma, inaugurando la Escuela de oración de cara al Año de la Oración
Foto: Oficina de Prensa de la Santa Sede |
«Incluso en
tiempos oscuros debemos agradecer al Señor porque Él nos da la paciencia para
soportar las dificultades», ha contestado el Papa en la tarde del 11 de abril a
Alice, una niña de diez años, en silla de ruedas y con un pañuelo en la cabeza
que le había preguntado: «¿Cómo puedo dar gracias al Señor en la enfermedad?».
Es una de las cuestiones más conmovedoras que los 200 niños de la parroquia San Juan María Vianney, a 20 kilómetros del
centro de Roma, le han elevado a Francisco en una inesperada visita que él
mismo ha definido como «un secreto casi guardado». «Digamos juntos: “Gracias
Señor por darnos la fuerza para soportar el dolor”», ha añadido el Pontífice en
su respuesta a la joven enferma.
La visita de
Francisco supone la primera cita de la Escuela de oración que tendrá
más encuentros y que el Vaticano ha inaugurado este jueves de cara al Año de la
Oración. Este tipo de reuniones siguen la estela de los Viernes de la Misericordia que el Santo Padre ya puso en
marcha en 2016 y que consistían también en visitas improvisadas a
diferentes grupos de personas vulnerables.
Siguiendo con
su catequesis a estos alumnos a la espera de recibir la Primera Comunión,
Francisco les ha dicho que «es importante dar las gracias por todo». «Por
ejemplo, si entras en casa de una persona y no dices “gracias” ni pides
“permiso”, ¿es eso bueno?», ha preguntado el Papa provocando la negativa a
voces de los niños.
Tras estas dos
palabras mágicas, ha desgranado a los chavales que «la tercera palabra es
“perdón”». «¿Una persona que nunca pide disculpas es buena?», ha cuestionado de
nuevo a los chicos para volver a encontrarse con su rechazo. «Es difícil pedir
perdón, a veces uno siente vergüenza o es orgulloso, pero es importante cuando
uno se equivoca decir “lo siento”».
Otra de las
preguntas que más interés han generado ha sido la de Sofía, quien se ha
mostrado muy preocupada por la cantidad de guerras en el mundo y ha pedido
ayuda al Papa para sentirse agradecida en un momento así. «Debemos darle las
gracias siempre, en cada momento», le ha recomendado Francisco, en cuyo consejo
ha incluido que, «antes de dormir, piensa: “¿Qué puedo agradecerte hoy?”»
Al final de su
encuentro, el Papa ha preguntado a los niños: «¿Sois cristrianos, tenéis fe?».
Ante su abrumadora respuesta, les ha invitado a decir todos juntos: «Gracias,
Señor, por darme la fe». Y se ha despedido de ellos repartiendo a cada uno en
catecismo y un huevo de chocolate, una dulce tradición italiana en tiempos de
Pascua.
Rodrigo
Moreno Quicios
Fuente: Alfa y Omega