En una carta dirigida a los fieles de todos los ritos y confesiones que se preparan para celebrar la Pascua, Francisco expresa cercanía, afecto y aliento a quienes "están sufriendo dolorosamente el drama absurdo de la guerra"
Panorama de Jerusalén |
"Gracias por su testimonio
de fe, gracias por la caridad que existe entre ustedes, gracias porque saben
esperar contra toda esperanza". Así lo escribe el Papa Francisco en
una carta a los católicos de Tierra Santa con vistas a la Pascua, que algunas
comunidades celebran el 31 de marzo, según el calendario gregoriano, y otras,
el 5 de mayo, según el calendario juliano.
Pienso en ti,
rezo por ti y te llevo en mi corazón.
El Papa desea hacer sentir su
cercanía a los fieles y su "cariño paternal", en particular, a
quienes en los últimos meses "están sufriendo más dolorosamente el absurdo
drama de la guerra, a los niños a los que se les niega un futuro, a cuantos
lloran y sufren" y "experimentan angustia y desconcierto". El
Papa escribe:
Desde hace tiempo los llevo en mi
pensamiento y rezo cada día por ustedes. Pero ahora, en vísperas de esta
Pascua, que para ustedes tiene una fuerte carga de Pasión y todavía poco de
Resurrección, siento la necesidad de escribirles y decirles que los llevo en el
corazón.
Tierra Santa,
testimonio de la Pasión y la Resurrección
El Papa recuerda la peregrinación
que realizó en mayo de 2014 y hace suyas las palabras de San Pablo VI, primer
Pontífice peregrino a Tierra Santa hace 50 años, cuando subrayó el peligro para
la paz en todo el mundo de la continuación de las tensiones en el Oriente
Medio. Francisco afirma que Tierra Santa no sólo ha sido "custodia de los
Lugares de salvación", sino testimonio constante, "a través de sus
propios sufrimientos" de la Pasión del Señor, y junto, "con su
capacidad de levantarse y seguir adelante, ha anunciado y sigue anunciando que
el Crucificado resucitó". El Papa escribe:
En estos tiempos oscuros, en los
que parece que las tinieblas del Viernes Santo recubren vuestra tierra y tantas
partes del mundo son desfiguradas por la inútil locura de la guerra, que es
siempre y para todos una sangrienta derrota, ustedes son antorchas encendidas
en la noche; son semillas de bien en una tierra desgarrada por los conflictos.
Que nadie nos
robe la esperanza
Francisco renueva su oración al
Señor que es "nuestra paz" para que libere "el corazón del
hombre del odio, de la violencia y de la venganza" y continúa:
Que nadie nos robe del corazón la
esperanza de ponernos en pie y de resucitar contigo, haz que no nos cansemos de
afirmar la dignidad de todo hombre, sin distinción de religión, etnia o
nacionalidad, empezando por los más frágiles, por las mujeres, los ancianos,
los pequeños y los pobres.
Que crezca
también la unidad entre todos los cristianos
Mientras asegura a los católicos
"no están solos y no los dejaremos solos, sino que permaneceremos
solidarios con ustedes a través de la oración y la caridad activa", el
Papa expresa la esperanza "poder volver pronto a ustedes como peregrinos,
para mirarlos a los ojos y abrazarlos". Agradece a los Pastores,
religiosos y religiosas que acompañan con su cercanía a los fieles y
recomienda:
Que crezca y resplandezca en el
crisol del sufrimiento el oro de la unidad, también con los hermanos y las
hermanas de las otras confesiones cristianas, a quienes asimismo les deseo
manifestar mi cercanía espiritual y expresar mi aliento.
Finalmente, el
Papa Francisco renueva la invitación "a todos los cristianos del
mundo" a apoyar concretamente y orar con insistencia "para que toda
la población de vuestra querida tierra esté por fin en paz".
Adriana Masotti - Ciudad del
Vaticano
Vatican News