En Granada, en un templo católico cedido a los cristianos ortodoxos, rusos y ucranianos rezan juntos por la paz
Foto: A. Saiz/AVAN |
La comunidad de ucranianos
católicos de la archidiócesis de Valencia, con su capellán, Vasyl Boyko, a la
cabeza, intensificarán esta tarde y los próximos días su oración por la paz
ante la situación que vive Ucrania tras el
ataque militar lanzado desde Rusia en las últimas horas. Lo harán en
las parroquias donde se reúnen habitualmente, como en la de El Pilar, en la
capital levantina.
«Confiamos en Dios. Vamos a rezar
por la paz y a pedir para que los responsables de este ataque recapaciten y den
marcha atrás. También pediremos por nuestros militares, que no tienen miedo a
una máquina tan poderosa como Rusia», afirma Boyko en conversación con Alfa
y Omega.
El sacerdote no se ha despegado
del teléfono en todo el día atendiendo a los fieles y a los medios de
comunicación. Según explica, «las familias están muy preocupadas» desde este
madrugada cuando comenzaron los bombardeos. Estos están afectando, recuerda, no
solo a la zona del Dombás, sino también a lugares más alejados como Kiev o
Járkov.
El sacerdote relata que muchos
familiares de los ucranianos residentes en la archidiócesis ya han recibido
cartas y mensajes del Gobierno para unirse al servicio militar y defender el
país. También se está reclutando a lo largo del país a personas con estudios de
Medicina. «Esta mañana me ha llamado una madre, cuyos hijos e hijas habían sido
reclamados para defender a Ucrania», explica.
Él mismo vive la angustia en
primera persona. Sus padres residen a 100 kilómetros de Leópolis, donde esta
mañana se han escuchado sirenas aéreas, mientras que una de sus hermanas se
encuentra en Odesa, ciudad en la que se ha confirmado la muerte de más de 20
muertos por la ofensiva rusa.
También está en contacto con sus
compañeros sacerdotes que sirven en Ucrania y que están celebrando cada día la
Eucaristía por la paz. «Los sacerdotes no abandonan las ciudades, se están
quedando con la gente. Muchas iglesia están abiertas ya para recibir a los
desplazados», añade.
El capellán de los ucranianos
católicos reconoce, como aspecto positivo, que, tras ocho años de conflicto,
«todo el mundo está viendo muy claro quién ataca Ucrania». «Hasta este momento
nos habíamos sentido muy solos», agrega.
Mientras, en el barrio del
Albaicín de Granada, en un templo católico –la antigua iglesia de san
Bartolomé– cedido desde hace un año por el Arzobispado de Granada a la Iglesia
ortodoxa rusa, ucranianos y rusos rezan juntos por la paz y conviven sin problemas
ni incidentes.
Según explica a EFE la
responsable de esta comunidad, Olga Bunkova, este lugar sirve de encuentro
entre ortodoxos de diferentes nacionalidades. Esta misma mañana, el sacerdote,
Mihail Ustimenko, ha pedido aumentar las oraciones para que cese la violencia.
«En cada Misa rezamos por la paz
entre nuestros dos países. El conflicto en Ucrania lleva muchos años y nosotros
siempre teníamos la esperanza de que se podría llegar a un acuerdo», explica
Bunkova.
Fran Otero
Fuente: Alfa y Omega