Estos propósitos espirituales están preparados para realizarse en nuestra vida cotidiana |
1. Devuelve los regalos.
Cuando
uses un regalo, di una oración por la persona que te lo dio. Por ejemplo, reza
un Ave María por quien que te regaló esa planta cada vez que la riegues. Cuando
utilices ropa o joyas que alguien te dio, reza igualmente una oración por esa
persona.
2. Actos de oración al azar.
Elige
a alguien por quien rezar durante el día. Puede ser por un político, alguien
que pase con su coche o la persona que está delante en la fila del
supermercado. Si alguien te molesta mientras conduces, reza por él y tu ira
disminuirá, y así ambos seréis bendecidos.
3. Visita a Jesús más a menudo
Haz
al menos una cita semanal para visitar a Jesús en el Santísimo. Cuanto más
tiempo pases con Jesús, más te podrá dar.
4. El rebote.
Piensa
en Dios diciéndote: “Yo soy Dios y te hice; todo lo que haces por los demás
vuelve a ti" y recuerda que Jesús nos dijo: “La medida con la que midáis
se os medirá”.
5. Vuélvete invisible.
Busca
formas invisibles de hacer el bien. Un ejemplo muy simple: guarda un carrito de
la compra del supermercado que no está en su lugar, reza por el que lo dejó ahí
y el próximo comprador que lo use. “Entonces tu Padre, que ve lo que se hace en
secreto, te recompensará”, dice el Evangelio.
6. Lee la Palabra.
Pon
una Biblia en un lugar conveniente y ábrela una vez al día leyendo que le
quiere decir Dios en ese momento.
7. Llama y felicita.
Cuando
te hayan brindado un buen servicio, llama a su jefe e infórmalo, así le
alegrarás el día a ese empleado.
8. Pide a Dios que organice tus asientos y conversaciones.
“Conozco
personas (y yo misma) que han tenido experiencias increíbles pidiéndole a Dios
que dirija con quién nos sentamos en eventos o aviones y que dirija nuestras
conversaciones (incluso cuando estamos socialmente distanciados). Pruébalo y
creo que te sorprenderá”, afirma Patti Armstrong.
9. Ayuna todos los días.
Jesús
ayunó durante 40 días antes de comenzar su misión. Para integrar el ayuno en un
sacrificio diario, quite algo en las comidas. Omite las papas fritas, una
salsa, etc… Se trata de pequeños sacrificios diarios.
10. Disfruta de la espera.
¿Qué
haces mientras esperas que acabe el microondas o que alguien conteste al
teléfono? Convierte momentos intrascendentes en oraciones importantes.
11. Termina la compra con una sorpresa.
“Gracias
y que tenga un buen día” es tan común que los cajeros apenas lo escuchan.
Intente decir: "Gracias y que Dios le bendiga" con una expresión
sincera. Te escucharán, por lo general sonreír y, a veces, responder:
"¡Dios te bendiga también!".
12. Aprovecha las sirenas como señales de oración.
Reza
por la persona que necesita la ambulancia que pasa a toda velocidad junto a ti
y también por quien se encuentra en el destino de la patrulla policial que
circula a toda velocidad. Por las razones que sean, podrían necesitar algunas
oraciones adicionales.
13. Olvídate de ti mismo.
La
humildad conduce a la santidad. Sé el último en la fila. Dale gracias a Dios
por el fracaso y pídele que te lleve a lo que Él quiere para ti.
14. Habla con personas que nadie pueda ver.
Intenta
conocer al santo del día y pide que interceda por ti.
15. Regala algo que amas.
Está
bien donar las cosas que no usas, pero ocasionalmente intenta regala un
artículo que aprecies. Es la diferencia entre las ofrendas de Caín y Abel a
Dios.
16. Lleva un crucifijo.
Es un
testimonio silencioso del amor y el sacrificio de Jesús.
17. Ayuna un poco más.
Tómate
un día para renunciar a algo como el café, usar joyas o maquillaje, utilizar a
las redes sociales o lo que sea.
18. Ten un día sin quejas.
Dedica
un día entero cada semana a no quejarte. El tiempo cuenta.
19. Bendice tu casa
Pide
a un sacerdote que en este 2021 bendiga tu casa.
20. Da regalos inesperados.
Libera
a alguien de una deuda, dar de forma anónima una tarjeta de regalo o dinero a
alguien en tiempos difíciles, o enviar una pizza o productos horneados a una
comisaría de policía, a un asilo de ancianos, a los empleados del hospital o a
una familia numerosa.
Fuente: ReL