Vale la pena incluso memorizarlos para evocarlos con
frecuencia
A cada día, le basta su afán
No se preocupen por el día de mañana, pues el
mañana se preocupará por sí mismo. A cada día le bastan sus problemas.
Mt 6, 34
Los malos días vienen solos
El Señor está cerca. No se inquieten por nada; antes bien, en toda ocasión presenten sus
peticiones a Dios y junten la acción de gracias a la súplica.
Flp 4, 5-6
Confía en el Señor con todo el corazón, y no te
fíes de tu propia sabiduría.
Pro 3, 5
Dios nos ama y cuida de nosotros
No temas, pues yo estoy contigo; no mires
con desconfianza, pues yo soy tu Dios; yo te he dado fuerzas, he sido tu
auxilio, y con mi diestra victoriosa te he sostenido.
Is 41, 10
Is 41, 10
Porque yo sé muy bien lo que haré por
ustedes; les quiero dar paz y no desgracia y un porvenir lleno de esperanza,
palabra de Yavé.
Jr 29, 11
Jr 29, 11
Y la paz de Dios, que es mayor de lo que se
puede imaginar, les guardará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
Flp 4, 7
Flp 4, 7
Cultivemos pensamientos de serenidad y confianza
Confía en el Señor y haz el bien, habita en tu
tierra y come tranquilo. Pon tu alegría en el Señor, él te dará lo que ansió tu corazón. Encomienda al Señor tus empresas, confía
en él que lo hará bien.
Sal 37, 3-5
No nos limitemos por el mundo que pasa
No sigan la corriente del mundo en que
vivimos, sino más bien transfórmense a partir de una renovación interior. Así
sabrán distinguir cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, lo que le
agrada, lo que es perfecto.
Rm 12, 2
Rm 12, 2
Una promesa de Dios…
Como la ternura de un padre con sus hijos es la
ternura del Señor con los que le temen.
El
sabe de qué fuimos formados, se recuerda que sólo somos polvo.
Sal 102, 13-14
Sal 102, 13-14
…y una promesa para Dios
Pues a ti te imploro, Señor. Desde la mañana oyes mi voz. Desde la mañana te hago promesas y me
quedo a la espera.
Sal 5, 3-4
Isabelle Cousturié
Fuente:
Aleteia