Si
estás lleno de ansiedad en la oficina, intenta esta técnica para mantener la
serenidad
By Anucha Naisuntorn| Shutterstock |
Cuesta ir a trabajar el lunes por la
mañana, pero puede haber ocasiones en nuestras vidas en las que ir al trabajo
nos llene de estrés y ansiedad. Las causas pueden ser muchas cosas y no siempre
son fáciles de abordar.
Sin embargo,
una posible solución a estos sentimientos se puede encontrar en el propio
enfoque espiritual para trabajar.
El sacerdote
italiano Lorenzo Scupoli explica lo que piensa que es la clave para mantener la paz del
alma en acción en su clásico espiritual El
combate espiritual, publicado en 1589.
En primer
lugar, Scupoli escribe:
“Oremos
sin cesar para que el reposo reemplace el caos en nuestros corazones, y que una
sumisión humilde a la voluntad de Dios pueda llevar a nuestra alma a su
tranquilidad anterior. La oración es siempre el primer
recurso, y le pide a Dios que agracie la paz dentro del alma”.
Scupoli continúa explicando cómo no debemos dejar que el trabajo domine
nuestras vidas, convirtiéndose en el enfoque principal de cada pensamiento.
No nos dejemos perturbar por la prisa sin
fin y sin sentido del mundo de los negocios; cuando estemos en el trabajo, atendamos
los asuntos de negocios con compostura y facilidad, absteniéndonos de la rígida
conformidad con un horario riguroso y exigente, y de un entusiasmo demasiado
grande por ver nuestro trabajo hecho.
Si bien es
importante hacer un buen trabajo y cumplir con nuestras obligaciones, no es
saludable dejar que sea la razón principal de nuestra existencia.
En cambio, “nuestra
principal intención, una conciencia continua de la santa presencia de Dios y un
deseo inmutable de complacerlo, deben presidir todas nuestras acciones.”
Scupoli
menciona que si dejamos que el trabajo supere nuestro deseo por la presencia de
Dios, “nuestras almas pronto abundarán en temor y ansiedad”.
La clave está
en poner a Dios en primer lugar en nuestras vidas,
reconociendo que si bien el trabajo es importante, no es tan importante como
Dios y el bienestar de nuestra alma.
Esto no
siempre es fácil de poner en práctica, pero cuando una persona lo hace, la paz
reina en su alma.
Philip
Kosloski
Fuente: Aleteia