LOS DEMONIOS OBEDECEN A LOS CURAS: PUEDEN ARROJARLOS DE LOS HOMBRES POR EL PODER OTORGADO POR DIOS
AL ENDEMONIADO
que ha poseĆdo a un hombre: lo quita el CURA-EXORCISTA; y al DEMONIO que lo
tiene cogido por el pecado mortal: lo quita el CURA-CONFESOR cuando el hombre
le confiesa sus pecados. Este poder sigue vivo en los curas catĆ³licos.
P. EVARISTO DE VICENTE