¿De
un lado u otro?
Hola,
buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Iban
a tirar unos tableros de unas mesas, pero... ¿por qué? Cuando los vi, no me
pude resistir y fui a por una carretilla para cogerlos. Seguro que podría
pintar en ellos, hacer algo, reconstruirlos haciendo algo nuevo...
Los
cogí; a duras penas se mantenían en la carretilla. Con una mano agarraba, con
la otra hacía fuerza... hasta llegar por fin al Noviciado, ¡todo un
espectáculo!
Fui
a coger uno de los tableros y, antes de llegar a dejarlo en el suelo, cada una
de las tablas que lo componían se fue desmenuzando, quedándose en un montón de
tablitas y serrín. ¿Qué había pasado? Miré por debajo... y estaba repleto de
pequeños agujeros: tenían una plaga tremenda de carcoma, por eso los habían
tirado y por eso se desmenuzó en mis manos.
La
carcoma puede medir como máximo 9 milímetros, son diminutas larvas que,
haciendo pequeños agujeros, destrozan muebles, obras de arte...
Un
tablero que por un lado era perfecto, por el otro... estaba agujereado. A las
personas podemos verlas como a ese tablero: por un lado un regalo, miles de
posibilidades, deseos de estar con ellas... y, por el otro, pequeños agujeritos
que nos hacen rechazarlas, fruto de interpretaciones, malos entendidos... Y,
poco a poco, se desmenuzan para nosotros en forma de rechazo o huida.
¿De
qué depende? De dejar entrar a la Misericordia, de reescribir sus historias
desde la compasión. Un lado del tablero sería ver el mal humor de esa persona
que tienes cerca, verlo como una ofensa continua... y, otro, ver su mal humor
pero pedir al Señor comprenderla, disculpar, pensar en su situación, orar por
ella. Dejar que, al mirar a una persona, ante sus actos, entre el Amor.
Jesús
solo sabe mirar el lado bueno de tu tablero. Sobre el otro solo te pide que te
sepas amado por Él, que tú también lo ames y así puedas amar la “carcoma” que
veas en los demás, y así puedas dar la vuelta a esos tableros que te molestan y
tener una mirada nueva sobre ellos.
Hoy
el reto del amor es que, ante esa persona que te incomoda con su carácter,
reescribas su historia dentro de ti desde la Misericordia. Verás cómo los
tableros cambian de lado sin desmenuzarse.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma