Discurso
del Santo Padre a la Delegación de la ‘Diaconía Apostólica’ de la Iglesia de
Grecia en la cual resaltó los frutos de la colaboración y del diálogo entre
católicos y ortodoxos
“Juntos, respetando nuestras respectivas
tradiciones espirituales, podemos colaborar activamente en la promoción, en
diversos contextos, nacionales e internacionales, de actividades y propuestas
relativas a la familia y a los valores familiares”, lo dijo el Papa Francisco
este lunes 25 de febrero, a la Delegación de la ‘Diaconía Apostólica’ de la
Iglesia de Grecia, a quienes recibió en audiencia en la Sala de los Papa del
Vaticano.
Que Dios llene de gracias
al amado pueblo griego
En su discurso, el Santo Padre agradeció a
los miembros de esta Delegación por su visita y envió sus saludos a Su
Beatitud Ieronymos II, con motivo de su undécimo aniversario de
entronización. “Pido al Padre, de quien proviene todo don bueno y todo don
perfecto – invocó el Papa – que le conceda salud, serenidad y alegría
espiritual. También le pido, por intercesión del Apóstol Pablo, que predicó el
Evangelio en Grecia y llevó a término su testimonio hasta el martirio aquí en
Roma, que llene de gracias al amado pueblo griego”.
Los jóvenes nos enseñan a
caminar juntos
El
Papa Francisco refiriéndose a la colaboración entre la Diaconía Apostólica y el
Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos señaló que, esta
colaboración se remonta a más de quince años, durante los cuales han surgido
numerosos proyectos culturales y formativos dignos de elogio. “Es un buen
ejemplo de lo fructífero que es para católicos y ortodoxos trabajar juntos. En
el camino – señala el Pontífice – los que organizaron las iniciativas y los que
se beneficiaron de ellas, principalmente son jóvenes estudiantes de nuestras
Iglesias, que experimentaron que lo que tenemos en común es mucho más que lo
que nos mantiene alejados. Trabajar juntos nos ayuda a redescubrirnos como
hermanos. Los jóvenes nos enseñan a no permanecer prisioneros de las
diferencias, sino a encender el deseo de caminar juntos, soñando con superar las
dificultades que impiden la plena comunión”.
Caminemos juntos como
hermanos
Asimismo,
el Santo Padre recordó que, nos toca a nosotros seguir caminando juntos, hacer
juntos, redescubrirnos como hermanos. “Paso a paso, en las cosas que hacemos,
podemos ver, con la ayuda de Dios, su presencia de amor que nos une en una
comunión cada vez más fuerte. Quisiera pedir con vosotros – invocó el Pontífice
– la gracia de caminar así: no cada uno por su camino, siguiendo sus propios
objetivos, como si el otro fuera sólo uno que la historia ha puesto a mi lado,
sino como hermanos que la Providencia ha reunido y que avanzan juntos hacia el
único Señor, llevando los unos los pesos de los otros, regocijándose los unos
por los pasos de los otros. Agradezco a la Diaconía Apostólica por el recorrido
realizado en este camino y aseguro el apoyo de la Iglesia Católica para la
continuación de este recorrido”.
La Familia un campo
fecundo de colaboración
Después
de hablar de los jóvenes y de su preciosa colaboración, el Papa Francisco dijo
que, la pastoral familiar es otro campo fructífero de colaboración entre
ortodoxos y católicos, un campo que debe ser cultivado con pasión y urgencia.
“En este tiempo, caracterizado por cambios muy rápidos en la sociedad, que se
reflejan en una creciente fragilidad interior, las familias cristianas, aunque
pertenecen a ámbitos geográficos y culturales diferentes, están afectadas por
muchos desafíos similares”. El Santo Padre señala que, estamos llamados a estar
cerca de ellos, a ayudar a las familias a redescubrir el don del matrimonio y
la belleza de custodiar el amor, que se renueva cada día en el compartir
paciente y sincero y en el poder suave de la oración. Estamos llamados, subraya
el Pontífice, a estar cerca incluso cuando la vida familiar no se lleva a cabo
según la plenitud del ideal evangélico y no se desarrolla en paz y alegría.
Colaboración activa entre
tradiciones
Antes
de concluir, el Papa Francisco invitó a los miembros de la Delegación a que
“juntos, respetando nuestras respectivas tradiciones espirituales, podemos
colaborar activamente en la promoción, en diversos contextos, nacionales e
internacionales, de actividades y propuestas relativas a la familia y a los
valores familiares”. Renuevo mi gratitud por vuestra visita y ruego al Señor
que los llene de sus bendiciones. Les pido, por favor, que me reserven un lugar
en sus oraciones. Gracias.
Renato
Martínez – Ciudad del Vaticano
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