Son muchos los testimonios de familias, madres, jóvenes y adolescentes que han sufrido las consecuencias que produce la llamada teoría queer
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| Dominio público |
Antropología dudosa
"Manifestamos
nuestra preocupación que un gobierno adopte por ley la imposición de la
ideología de género, incluso la imposición de una antropología dudosa", ha
afirmado Mazuelos en un vídeo de la
Conferencia Episcopal.
Pues
bien, de nuevo la Subcomisión de Familia, conocedores de que van a recibir
muchas críticas pero también, el agradecimiento de muchos fieles, advierte de
que estas leyes "nos llevan a reivindicar de nuevo, por desgracia, el
respeto a la dignidad e igualdad de todos los seres humanos, y sobre todo a la
libertad de expresión y de objeción de conciencia de los profesionales",
señala Mazuelos.
Con
esta nota publicada por los obispos, la Iglesia quiere tender la mano a tantas
familias, madres y menores que "están sufriendo y van a sufrir las
consecuencias de una ley que viene a imponer una ideología y no buscar el bien
de las personas", dice el obispo de Canarias, médico y experto en
bioética.
Los diez puntos de la antropología
adecuada
Ante este horizonte
de colonización ideológica queremos recordar la antropología
adecuada que nos muestra que la persona es la unión de cuerpo y alma,
siendo el cuerpo un bien de la creación y expresión de la persona. Desde este
fundamento sólido los obispos lanzan diez puntos argumentativos:
1.-
Son muchos los testimonios de familias, madres, jóvenes y adolescentes
que han sufrido las consecuencias que produce la llamada teoría queer o
teoría del gender. A todos ellos queremos mostrar nuestro apoyo y ayuda y
tenderles la mano para iluminar la perversión de una legislación
ideológica.
2.-
Es preocupante la implicación directa de la Administración y de los poderes
públicos en la promoción de los postulados de la ideología de género. Un
estado democrático no puede imponer una peculiar y reducida visión
antropológica en todos los ámbitos: educativo, jurídico,
sanitario, laboral, en los medios de comunicación, en la cultura, el deporte y
el ocio.
Número de adolescentes que piden cambio
de sexo
3.-
Es llamativo que se haya incrementado considerablemente el número de
adolescentes que piden cambiar de sexo sin presentar una auténtica disforia de
género, sino como manifestación de inestabilidades afectivas propias de esa
edad. Todos los estudios científicos coinciden en que más del
70% de los niños que piden cambiar de sexo, cuando pasan la adolescencia, no
siguen pidiendo el cambio.
4.- La
despatologización de la transexualidad se identifica con favorecer una
intervención médica, pero sin criterios médicos, sino con
criterios subjetivos del paciente. Despatologizar significaría poder solicitar
y aplicar tratamiento médico e incluso quirúrgico de forma
arbitraria, obligando al personal sanitario a obedecer los deseos de los pacientes,
aunque ello conlleve graves riesgos para la persona. Estamos ante
un ejemplo claro de irracional dogmatismo ideológico.
Negación a un tratamiento
psicosexual
5.-
Se regula por ley que la transexualidad es fruto de una elección de la
identidad de género, evitando que la ciencia, a través de la medicina, estudie
y determine el tratamiento más aconsejable. Podemos decir, por tanto, que se
niega la posibilidad de tratamiento psicosexual e incluso
la necesidad de obtener un diagnóstico de las personas con trastorno de
identidad de género, confundiendo el diagnóstico médico con un intento de
anulación de la personalidad.
6.-
No se puede decir que la reasignación de sexo hormonal y quirúrgico soluciona
los problemas que conlleva los trastornos de disforia. Son
muchos los testimonios de personas que se han sometido a la reasignación y
no han visto solucionado su situación. Igualmente
hay que valorar bien los tratamientos y explicar las secuelas, los efectos
secundarios y las complicaciones de los mismos.
7.- La
comunidad cristiana y, en particular, los pastores debemos
desarrollar, siempre, sentimientos de acogida hacia las personas con disforia
de género, a quienes les asiste el derecho a ser respetados y a
ser tratados con los medios lícitos puestos a disposición por la medicina para
conseguir el nivel de salud física, psíquica y relacional más alto y
satisfactorio que sea posible, en los límites de su condición y en el respeto
pleno de la verdad y de la dignidad humana.
Denunciar el uso de tratamientos
prematuros
8.- Los
fieles que se encuentran en esta situación son hijos amados del Padre, y como
cualquier otro fiel se han convertido, a través del bautismo, en herederos de
la vida eterna. Ellos están llamados por Jesucristo a la santidad y a realizar,
animados por el Espíritu Santo la voluntad de Dios en sus vidas, uniendo al
sacrificio de la cruz los sufrimientos y las dificultades que puedan
experimentar a causa de su condición.
9.-
Hay que alzar la voz con fuerza y denunciar el uso de tratamientos prematuros e
irreversibles aún más cuando no se está seguro de la existencia de una
auténtica Disforia de Género. Las actuaciones médicas que se
lleven a cabo en los menores, después de una serena reflexión, nunca deben ser
de carácter irreversible dada la incertidumbre sobre los
cambios que pueden darse en el desarrollo de la personalidad durante las fases
de la pubertad y la adolescencia.
10.-
Hay que respetar la libertad de conciencia y de ciencia a todos
los profesionales de los diversos ámbitos de la vida
social sin condicionar el desempeño profesional en libertad. Nos
preocupa que se quiera imponer un adoctrinamiento que condicione el desempeño
profesional en el campo educativo, sanitario, función
pública, judicatura, cultura, medios de comunicación.
Fuente: ReligiónConfidencial
