Mongolia está sufriendo las mayores nevadas registradas desde 1975. «Estoy cerca de la población, golpeada por una ola de frío intenso, que está causando graves consecuencias humanitarias», ha afirmado el Papa, subrayando que es «un signo del cambio climático y de sus efectos»
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| Foto: CNS photo/Vatican Media. Dominio público |
Tras suspender sus encuentros del
sábado por un leve proceso gripal, el Papa ha reaparecido en la plaza de San
Pedro para no olvidarse de varios lugares que se encuentran inmersos en situaciones
difíciles. Francisco ha calificado de tierra «martirizada» a Ucrania, y ha
pedido «una pizca de humanidad» que empuje a una solución diplomática para «una
paz justa y duradera». «Tantas víctimas, destrucción, heridos, angustia,
lágrimas, en un periodo terriblemente largo y cuyo final aún no se vislumbra».
El Pontífice, a continuación, ha
instado a no olvidar la violencia en Tierra Santa y otros países: «Pensemos en
los niños inocentes que han sido heridos».
A continuación, Francisco se ha
unido a la oración por la paz de los obispos congoleños deseando «un diálogo
sincero y constructivo», y ha pedido compromiso en Nigeria para frenar «en la medida
de lo posible» el aumento de los secuestros. Además, ha mostrado su
cercanía a Mongolia, golpeada por una ola de frío extremo, «signo de la crisis
climática», motivo por el que ha recordado a los fieles que «hagan elecciones
sabias y valientes para contribuir al cuidado de la creación».
«Sigo con preocupación el aumento de
la violencia en la parte oriental de la República Democrática del Congo. Me uno
al llamamiento de los obispos a rezar por la paz, esperando el fin de los enfrentamientos
y la búsqueda de un diálogo sincero y constructivo», ha asegurado.
El pasado sábado, en la catedral de
Notre Dame du Congo, en Kinshasa, el cardenal Fridolin Ambongo celebró una Misa
para invocar la paz en el país, al final de la cual recitó la oración por la
paz. Esta es la oración que los obispos de la Conferencia Episcopal Nacional
(Cenco) han sugerido que se rece al final de cada celebración eucarística
dominical. El país está sufriendo los intensos combates entre el Ejército
congoleño y el grupo armado M23.
La otra mirada africana se ha
dirigido a Nigeria, donde, ha señalado el Papa, «los secuestros, cada vez más
frecuentes, causan preocupación. Expreso mi cercanía en la oración al pueblo
nigeriano, esperando que se hagan esfuerzos para frenar en lo posible la
difusión de estos episodios».
Finalmente, el Papa ha puesto sobre
la mirada internacional la situación de Mongolia,
que está sufriendo las mayores nevadas registradas desde 1975. El Gobierno de
Ulán Bator ha informado de muertes y de la pérdida de más de 660.000 cabezas de
ganado debido al intenso frío. «También estoy cerca de la población de
Mongolia, golpeada por una ola de frío intenso, que está causando graves
consecuencias humanitarias», ha afirmado el Papa, subrayando que «también este
fenómeno extremo es un signo del cambio climático y de sus efectos».
Fuente: Alfa y Omega
