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Dominio público |
Al entrar a una
iglesia o capilla que alberga un tiempo de adoración eucarística, donde la
Eucaristía está expuesta en una custodia en el altar, algunos harán una
genuflexión con una rodilla, mientras que otros se arrodillarán brevemente con
las dos rodillas.
¿Existe una
regla sobre la genuflexión en presencia de la Eucaristía?
En 1973, la
Sagrada Congregación del Culto Divino emitió un documento, Eucharistiae
Sacramentum, que decía:
“La genuflexión
en presencia del santísimo sacramento, ya sea reservado en el tabernáculo o
expuesto a la adoración pública, es sobre una rodilla”.
Este es el
único requisito para la adoración eucarística.
Costumbres
Antes
del Concilio Vaticano II, la costumbre general era hacer una
genuflexión sobre dos rodillas durante la adoración.
Esta ya no es
la práctica universal en la Iglesia católica, aunque la gente puede optar por
mantenerla.
Algunos incluso
pueden optar por postrarse en el suelo durante la adoración. A menudo
esto no es práctico y puede distraer a los presentes.
¿Qué significa
arrodillarse?
La genuflexión
es un gesto en última instancia dirigido a Dios, verdaderamente presente en la
Sagrada Eucaristía.
No nos arrodillamos ante
las personas (como lo hicieron algunas culturas en el pasado) o las cosas
materiales, sino solo ante Dios.
Hacer la
genuflexión en el Rito Romano es reconocer la presencia de Dios y
ofrecerle un dardo de amor.
Por amor
El gesto es
exclusivo del rito romano de la Iglesia católica. Porque los
cristianos orientales están más acostumbrados a inclinarse, que fue la práctica
anterior de la Iglesia durante muchos siglos.
Sobre todo,
nuestro gesto no debe hacerse mecánicamente, sino por amor a Dios.
Siempre que te encuentres con Jesús expuesto a la adoración pública en la
Eucaristía, realiza tu gesto con ese amor en mente.
Y evita juzgar
si otras personas se arrodillan o no, pues no sabes si un problema de rodilla o
de cualquier tipo les impide hacerlo.
Philip Kosloski
Fuente: Aleteia