Para responder adecuadamente a las exigencias de la Iglesia en todo el mundo – explica el Papa Francisco – resultaba evidente la necesidad de revisar también la disciplina penal promulgada por San Juan Pablo II
21.02.2020 De sanctionibus Codice Diritto Canonico |
Con la Constitución Apostólica “Pascite Gregem Dei”, el Papa Francisco reforma el Libro VI del Código de Derecho Canónico. Un trabajo de revisión iniciado con Benedicto XVI. Serán sancionadas nuevas figuras delictivas. El nuevo texto es un ágil instrumento correctivo, para ser usado a tiempo, “a fin de prevenir males mayores y de sanar las heridas causadas por la debilidad humana”.
“Apacentad la grey de Dios, gobernando no a la fuerza,
sino de buena gana, según Dios” (cfr. 1 Pt 5, 2). Inicia con estas palabras del
Apóstol Pedro la Constitución Apostólica "Pascite Gregem
Dei" con la cual el Papa Francisco reforma el Libro VI
del Código de Derecho Canónico sobre las sanciones penales en la Iglesia. La
modificación entrará en vigor a partir del próximo 8 de diciembre.
“Para responder adecuadamente a
las exigencias de la Iglesia en todo el mundo – explica el Papa Francisco –
resultaba evidente la necesidad de revisar también la disciplina penal
promulgada por San Juan Pablo II, el 25 de enero de 1983, con el Código de
Derecho Canónico. Era necesario modificarla de modo que permitiera su empleo a
los Pastores como ágil instrumento saludable y correctivo, y que pudiese ser
usado a tiempo y con caridad pastoral, a fin de prevenir males mayores y de
sanar las heridas causadas por la debilidad humana”.
El Papa recuerda que Benedicto
XVI puso en marcha esta revisión en 2007, comprometiendo "con espíritu de
colegialidad y de colaboración" a expertos en Derecho Canónico de todo el
mundo, a las Conferencias Episcopales, a los Superiores Mayores de los institutos
religiosos y a los Dicasterios de la Curia Romana. Un trabajo intenso y
complejo, transmitido al Pontífice en febrero de 2020.
Francisco observa que la Iglesia,
a lo largo de los siglos, se ha dado reglas de conducta "que hacen al
Pueblo de Dios unido y de cuya observancia son responsables los Obispos" y
subraya que "la caridad y la misericordia exigen que un Padre se
comprometa también a enderezar lo que a veces se tuerce".
Se trata de una tarea – explica –
"que se debe ejercer como una concreta e irrenunciable exigencia de
caridad no sólo en relación a la Iglesia, la comunidad cristiana y las
eventuales víctimas, sino también hacia quien ha cometido un delito, que tiene
necesidad, al mismo tiempo, de la misericordia y de la corrección de la Iglesia".
En el pasado, ha causado mucho daño la falta de comprensión de la relación
íntima existente en la Iglesia entre el ejercicio de la caridad y el recurso –
cuando las circunstancias y la justicia lo requieren – a la disciplina
sancionatoria". Un modo de pensar que ha dificultado la corrección,
"creando en muchos casos escándalo y confusión entre los fieles".
Así, "la negligencia de un Pastor al recurrir al sistema penal pone de
manifiesto que no está cumpliendo su función de forma correcta y fiel". En
efecto, "la caridad exige que los Pastores recurran al sistema penal
cuantas veces sea necesario, teniendo en cuenta los tres fines que lo hacen
necesario en la comunidad eclesial, es decir, el restablecimiento de las
exigencias de la justicia, la enmienda del imputado y la reparación de los
escándalos".
“El nuevo texto – afirma el Papa – introduce
cambios de diversa índole en el derecho vigente y sanciona algunas nuevas
figuras delictivas”. También se ha mejorado "desde el punto de vista
técnico, especialmente en lo que se refiere a aspectos fundamentales del
derecho penal, como el derecho de defensa, la prescripción de la acción penal,
una determinación más precisa de las penas" ofreciendo "criterios
objetivos en la identificación de la pena más adecuada a aplicar en el caso
concreto", reduciendo la discrecionalidad de la autoridad, para favorecer
la unidad eclesial en la aplicación de las penas, "especialmente para los
delitos que causan mayor daño y escándalo en la comunidad".
La Constitución Apostólica está
fechada el 23 de mayo de 2021, Solemnidad de Pentecostés.
Ciudad del Vaticano
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