El presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos destaca la aportación específica de los católicos en el panorama poscovid. «El propósito básico del gobierno y la política es proteger la santidad y dignidad de la persona», ha dicho
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Para monseñor
Gómez, esto significa que «nuestra visión y nuestro enfoque
de la justicia social deben ser diferentes. Como católicos, partimos de
supuestos muy distintos sobre el propósito de la sociedad, el significado de la
vida y la felicidad de la persona humana».
No es vano, en medio de una política
y una cultura «agresivamente seculares», en la que «algunos de nuestros líderes
parecen querer cerrar nuestra sociedad a las ideas y valores cristianos», crece
la «censura de los puntos de vista cristianos en Internet y en las redes
sociales», así como «la marginación de los creyentes en otras áreas de nuestro
discurso público».
Según el presidente de los obispos
estadounidenses, la Iglesia tiene «una contribución vital» a la hora de
promover la justicia social, por lo que «no podemos permitir que sea tratada
simplemente como una organización caritativa o un lugar donde la gente reza».
«Necesitamos recuperar nuestra identidad como ciudadanos fieles y discípulos
misioneros», ha añadido.
«Entre nuestros líderes culturales y
políticos y algunos de nuestros vecinos, la política se ha convertido en una
nueva religión, por eso se ha vuelto tan cruel e intransigente, y tan carente
de misericordia y esperanza», ha subrayado. Más bien al contrario, ha dicho que
«el propósito más básico del gobierno y la política es proteger la santidad y
dignidad de la persona»
Ante esta situación, el arzobispo de
Los Ángeles pide recuperar la visión del Papa Francisco en Fratelli tutti, pues «a menos que creamos en un Dios
que es nuestro Padre celestial, no tenemos ninguna razón para tratarnos unos a
otros como hermanos y hermanas en la tierra».
En este sentido, la verdadera
justicia social consiste en construir una sociedad «donde las personas puedan
amarse y cuidarse unos a otros», y donde «puedan encontrar a Dios y saber que
están hechos para el cielo».
Al final, «este es el mensaje que la
Iglesia ha proclamado al mundo desde el principio, el que
tenemos que llevar a la gente de nuestro tiempo». Se trata de
un proyecto «mucho más grande que la política, pero para eso estamos aquí».
Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Fuente: Alfa y Omega