Es
uno de los conceptos que expresó el Papa Francisco al recibir a los
participantes en el Encuentro internacional que se celebra en la Ciudad del
Vaticano para "Promover la dignidad digital del niño - Del concepto a la acción"
Audiencia del Papa a los participantes en el Encuentro internacional "Promover la dignidad
digital del niño - Del concepto a la acción" (Vatican Media)
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En la apertura del Encuentro internacional
de dos días – que se celebra en la Casina Pío IV de la Ciudad del Vaticano, del
14 al 15 de noviembre – para "Promover la dignidad digital del niño - Del
concepto a la acción", el Papa Francisco recibió la Sala Clementina del
Palacio Apostólico a sus casi ochenta participantes, representantes de
organizaciones internacionales, organizaciones no gubernamentales,
empresas tecnológicas como Microsoft, Apple, Amazon, Facebook, políticos,
juristas y líderes religiosos, que se han fijado como objetivo llamar la
atención sobre los problemas y proponer y apoyar iniciativas y acciones
concretas, con la adopción final de una Declaración Conjunta, y entre los
cuales se destaca la presencia de la Reina Silvia de Suecia.
Todos
ellos con la idea de tratar de desarrollar una conciencia de lo que está
sucediendo, encontrar lugares o crear grupos de trabajo en campos más
específicos, como el de los psicólogos y estudiosos acerca de las consecuencias
reales de los fenómenos, o el de las responsabilidades de las empresas y su
implicación en la forma en que promueven, incluso dentro de ellas, la
investigación y el desarrollo de nuevas herramientas.
Los riesgos de la tecnología digital para los
niños
En
efecto, con motivo del 30° aniversario de la Convención Internacional sobre los
Derechos del Niño, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el
20 de noviembre de 1989 – y ratificada por la Santa Sede el 20 de abril de 1990
– los líderes religiosos, las autoridades civiles, los representantes de
grandes empresas de tecnología, los administradores de bancos y las
organizaciones no gubernamentales debaten durante estos dos días de trabajo
sobre los riesgos de la tecnología digital para los niños y sobre las medidas
que deben adoptarse para promover su dignidad también en este ámbito.
Discurso del Papa
Al inaugurar este Encuentro internacional –
transmitido en directo por Vatican
Media – el Santo Padre dirigió un amplio discurso que comenzó con su
agradecimiento a Su Alteza el Jeque Saif Bin Zayed al Nahyan y al Padre
Federico Lombardi por las amables palabras iniciales de saludo y presentación.
Y
tras destacar la importancia de los temas que se tratarán, el Pontífice
manifestó su complacencia por el camino emprendido que ha continuado con otras
iniciativas, incluida la Conferencia interreligiosa de Abu Dhabi de hace un
año, y que ahora se esté relanzando con este Encuentro. A lo que añadió:
“La Iglesia Católica en las últimas décadas, como resultado de
las dramáticas experiencias vividas en su cuerpo, ha alcanzado una viva
conciencia de la gravedad de los abusos sexuales contra menores y de sus
consecuencias, del sufrimiento que causan, de la urgencia de curar las heridas,
de combatir estos crímenes con la máxima determinación y de desarrollar una
prevención eficaz”
Tras recordar que según estudios fiables,
la edad media de acceso a la pornografía por primera vez es actualmente de 11
años y tiende a descender aún más, lo que no es aceptable en absoluto, el
Pontífice afirmó que aunque los padres son los principales responsables de la
educación de sus hijos, cabe señalar que, a pesar de la buena voluntad, ahora
les resulta cada vez más difícil controlar el uso de los aparatos electrónicos
por parte de sus hijos. De ahí que la industria deba cooperar con los padres en
su responsabilidad educativa.
“El crecimiento seguro y sano de la juventud es el noble
propósito por el que vale la pena trabajar y vale mucho más que el mero
beneficio económico obtenido incluso con el riesgo de perjudicar a los jóvenes”
En
un mundo como el nuestro, en el que las fronteras entre los Estados se ven
continuamente superadas por la dinámica creada por los desarrollos digitales,
nuestros esfuerzos deben tomar la dimensión de un movimiento global que una los
más nobles compromisos de la familia humana y de las instituciones
internacionales para la protección de la dignidad de los menores y de cada
persona.
Se
trata de un reto difícil – prosiguió Francisco – que nos plantea nuevas
preguntas: “¿Cómo defender la dignidad de la persona y del niño en la era
digital, cuando la vida y la identidad de la persona están indisolublemente
ligadas a los datos que la identifican y de los que nuevas formas de poder
intentan tomar posesión constantemente? ¿Cómo podemos formular principios y
necesidades que deben ser respetados por todos en el mundo digital
globalizado?”
Se
trata – respondió el Papa – de preguntas que nos exigen una profunda
solidaridad con todos los que trabajan paciente e inteligentemente por esta
causa en el mundo de las relaciones y las normas internacionales.
“La creatividad y la inteligencia del hombre son maravillosas,
pero deben ser dirigidas en la dirección positiva del bien integral de la
persona a lo largo de toda su vida, desde la infancia. Todo educador, todo
padre de familia lo sabe muy bien y debe ser ayudado y apoyadx v o en su
servicio por el compromiso concertado de una nueva alianza de todas las
instituciones y fuerzas educativas”
Y
al darles nuevamente las gracias y antes de concluir invocando sobre todos
ellos la bendición de Dios, el Santo Padre afirmó:
“Queremos desterrar de la faz de la tierra la violencia y todo
tipo de abusos contra los menores. Mirémoslos a los ojos: son sus hijas y sus
hijos, debemos amarlos como obras maestras e hijos de Dios. Tienen derecho a
una buena vida. Tenemos el deber de hacer todo lo posible para que la tengan”
María Fernanda Bernasconi - Ciudad del
Vaticano
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